Miles de pectorales se enredaban como anzuelos. Tobilleras sin medida habían en una y otra parte. "Los Pijaos deben estar orgullosos de esta maravilla" dijo Tisquesusa midiéndose un pectoral "Si lo quiere puede quedarse con el" le dijo el señor de la fuerza y del poder levantando el moco y agachándose recogiendo las piedras preciosas mas grandes que habían entre un cerro de oro. "Este pueblo Pijao es afortunado de vivir donde vive. En ninguna otra parte hay tanto oro y tantas esmeraldas y diamantes" dijo el dios Bochica acariciando su larga y blanca barba mientras contemplaba una nariguera brillante con un diamante en la punta y que parecía una lágrima. "Gracias por el pectoral gran señor" le dijo Tisquesusa quedándose con el pectoral puesto.
Yexalen fascinada dijo "Gracias gran custodio del nevado por permitirme conocer semejante prodigio. Me habían contado algo pero no imaginaba que fuera tanto". "Escoge lo que quieras Yexalen y llévatelo" le respondió el señor de la fuerza y del poder entregándole a la diosa Bachué y a Bochica dos diamantes como huevos de avestrúz que aceptaron felices.
Yexalen había escogido una diadema de oro con dos esmeraldas, y una tobillera tintineante y lustrosa "Yo me quedo con ésto gran señor" le dijo al gigante. "Como quieras, es tuyo". "Gracias gran cuidador"
Igual el cacique Nemequene, el cacique Moró, el dios Takima, el mago Huenuman, la princesa Millaray y los otros, escogieron lo que mas les gustó. En eso duraron mucho rato porque cuando salieron ya estaba larga la tarde.
La diosa Tulima dijo de pronto al grupo que miraba la fosforescencia del nevado: "Como veo que se están alistando para irse, debo decirles que yo me quedaré aquí. En este nevado paso la mayor parte del tiempo. Claro que también voy a mi santuario en el cerro del Machín. Allá las tribus suben a pedirme consejo. Gracias por haber venido y por haber compartido con nosotros" dijo la diosa Tulima acercándose a Bachué que recostó la cabeza contra ella. "Nosotros no nos iremos lejos" dijo Inhimpitu mirando a la hija del cacique Ibagué. "La princesa Millaray me ha invitado a conocer las propiedades del cacique Cajamarca que ha estado muy callado" "Verdad?, tan bueno que esté con nuestra gente mas tiempo. Es honroso tenerla cerca" respondió Tulima mirando a Millaray que tenía los ojos vanidosos porque era buena amiga de Inhimpitu. "Nosotros nos iremos a nuestras tierras" dijeron casi en coro la diosa Bachué y el dios Bochica. "Tenemos que hacer muchas cosas" explicó el dios. "Nos montaremos en una nube y asi viajaremos rápido y sin problemas". "Entonces nosotros aprovecharemos y nos iremos con ustedes ya que vamos a la misma parte" propuso el cacique Nemequene abrazando a su capitán de ejércitos Tisquesusa. "Claro gran jefe Nemequene".
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