El pensamiento de las aventuras que pasaría para encontrar a Luz de sol le quitaban la calma.
Temprano salio el sol entre nubes incendiadas. Se desprendían en girones elevándose y perdiéndose en lo alto.
Inhimpitu fue la primera en levantarse sentándose en la hamaca estregándose los ojos. Miró a Millaray "Buenos dias princesa". "Buenos dias diosa, que tal noche?". "Bien. Dormí mucho porque estaba cansada". "Yo en cambio no dormí pensando donde estará su hija Luz de sol".
Cajamarca se despertó en ese momento "Buenos dias como amanecieron". "Bien" respondieron. "Con el pájaro de mil colores que encontraremos hoy, nos daremos cuenta si mi hija está bien" dijo Inhimpitu. "Su canto nos dirá donde está". "Buenos dias" saludaron los nativos acercándose a las hamacas de sus amigos y sin esperar respuesta las mujeres se fueron corriendo al fogón a hacer el desayuno y los dos hombres al rio a traer agua en grandes ollas de barro.
A la media hora salieron Inhimpitu, Millaray y Cajamarca caminando al rio. Ya se sentía calor, por eso se quedaron mucho rato en tre el agua riendo, gritando y recibiendo el sol. Millaray y Cajamarca no se quitaban la vista admirándose desnudos. Inhimpitu también estaba desnuda y hermosa jugando con el agua lanzándola a sus amigos.
Ese baño duró varias horas en las que juguetearon como niños. Después de tanto rato las jóvenes se pusieron sus vestidos de colores mientras Cajamarca se acomodaba un guayuco de piel de puma quitándose el agua de su piel. Caminaron al rancho debajo de palmeras y altos árboles a comer algo caliente.
Los nativos los recibieron con sopa de pescado, plátanos asados, yuca asada y carne de ovejo de los rediles de Cajamarca. "Estoy lista para irme a buscar el pájaro de mil colores" dijo Inhimpitu chupándose el dedo pulgar. "Yo también tengo afan de ir al bosque. Quiero conocer ese pájaro" murmuró Millaray cogiendo un segundo pescado. "Las aventuras de nuestro viaje no paran. Pienso que no será fácil encontrarlo" comentó Cajamarca. "Hace mucho tiempo no lo vemos ni lo escuchamos" dijo la india joven. "Quizás hizo otro nido mas lejos" afirmó. "lo importante es imitar bien su canto para que llegue" aseguró un indio masticando el plátano con la boca abierta. "Iremos al nido que conocemos a ver si todavía vive ahí" dijo Inhimpitu cortando un pedazo de carne.
Comieron en silencio pensando que hacer. Al terminar se levantaron alistando cosas que llevarían. Inhimpitu cogió el cetro del poder. Cajamarca llevaría las flechas y la lanza. Millaray en caso de necesidad invocaría a Mohán o a Madremonte para que vinieran a ayudarla. "Hasta luego, hasta luego" dijeron a los indios que salieron a acompañarlos mas allá del patio "Que les vaya bien". "Ojalá lo encuentren"
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