viernes, 18 de marzo de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 165 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


"Mi gran cacique, gracias por ser el compañero de mi hija. si no fuera por ti, Millaray estaría sola y triste. Se les nota la vida y las luchas que han tenido".
"Que es lo que traes ahí?" le preguntó la reina Yexalen a Millaray levantando la ruana y viendo al Tunjo sonriéndole y picándole un ojo. "Es el compañero que todo lo ve, y todo lo sabe. Nos hará ricos en poco tiempo porque sus cagadas son de oro" respondió Millaray buscando el joto donde había guardado las deyecciones del bebé. "Mire Yexalen todo el oro que el Tunjo ha cagado en éstos dias. Y nos han dicho que es el oro mas fino que se puede encontrar". "Verdad? Espere miro. Uyyyyy, esto es increíble, son piezas de oro de enorme finura" contestó Yexalen levantando otra vez la ruana para ver al bebé "Donde encontraron este niño?" le preguntó a su amiga. "En un bosque en el pueblo de los Combeimas. Nos suplicó que lo recogiéramos y lo protegiéramos, y el a cambio nos haría muy ricos" explicó Millaray poniendo las manos encima de la ruana, tocando al bebé. "Es verdaderamente increíble" contestó Yexalen buscando a Cajamarca para saludarlo. "Princesa Millaray, no se acuerda de mi?" le dijo de pronto el taita Amuillán acercándosele, mientras Cajamarca se saludaba con Yexalen. "Taita Amuillan, eres otro padre para mi. Estando tu en el pueblo, se conserva la paz, la disciplina y el conocimiento". "Hola taita amuillan como está de fresco y conservado" le dijo Cajamarca abrazándolo también. Luego miraron a otras partes, donde estaban las sacerdotisas y los brujos, saludándose con gestos, entrando finalmente a la maloca, seguidos por la tribu que la princesa y su antiguo cacique habían saludado alargando la mirada y levantando los brazos.
La alegría de volver a su pueblo, y una sorpresa que les tenían, se confundieron en los jóvenes al ver que en la maloca, sentados en troncos estaban la diosa Madremonte, el sacerdote Mohán y el mago Huenuman esperándolos.
"Yo sabía que vendrían pronto" dijo Mohán levantándose para saludarlos. "El tunjo nos ha servido de contacto. Sabemos que el les ordenó que vinieran porque algo importante va a pasar aquí" terminó diciendo el hombre, besando en la frente a la princesa y abrazando a Cajamarca que le dijo "Estimado Mohán, cada vez que lo vemos hay buenas noticias. Lo mismo me alegra ver a su amiga Madremonte y al sabio Huenuman. Gracias por estar aquí" y se saludó con ellos en largos abrazos.

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