martes, 3 de agosto de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 72 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)



Entre los árboles que vigilaban y protegían el altar, vieron la estatua elevándose en la penumbra cinco metros. Era ancha de lineas angulosas y fuertes representando al brujo fundador del pueblo del que no se conservaba su nombre.
Se acercaron a cumplir las tareas rituales antes de la invocación al mago "Tenemos que prender las llamas del altar y las antorchas" dijo Yexalen parándose en el centro del sagrario limpiándolo con cáscaras y hojas que le servían de escoba para meter palos nuevos y prenderlos. "yo voy a traer flores para dornar la estatua" dijo Millaray invitando a dos ancianos "Como ordene princesa, no haga sino decir lo que necesita que inmediatamente lo haremos". Se fueron mientras los otros empezaban un cántico cada vez mas fuerte "Mohán, Mohán venga ya, lo necesitamos, venga ya" repetía el taita Amuillán con los ancianos y las sacerdotisas danzando alrededor de la estatua y el altar donde las llamas se estiraban entre chirridos y crepitaciones. "El fuego nos comunicará con Mohán" dijo Yexalen uniéndose al grupo y danzando entre ellos.
Al poco tiempo volvió Millaray con brazadas de flores igual que los ancianos. Las extendieron en el altar y alrededor de la estatua. Había mucho perfume. Entonces danzaron entre cantos y palabras secretas veinte minutos. Dos brujos subieron al altar e inclinándose en el fuego rogaron: "Mohán, gran mago Mohán le rogamos que aparezca. Lo necesitamos urgentemente boooommm, booommm, booommm" repetian "Por el poder del fuego y por los poderes del universo que desatamos, le ordenamos venerado Mohán que aparezca ya entre nosotros booommm, booommm, booommm" repitieron viendo aparecer en la candela al gran sacerdote que había escuchado la invocación. Venía fumando tabaco. Se levantó entre las flamas que lo cubrían, saltando a un lado poniéndole fin al sortilegio. Estaba cubierto por la piel de un toro que le daba calor e imponencia. Tenía en la mano izquierda un palo largo en el que se apoyaba y que usaba en las ceremonias. Se había puesto una corona hecha con ramas del bosque "Escuché su llamado buenos amigos y vine inmediatamente. Cuenten conmigo en sus festividades.
El grupo calló asimilando el prodigio de su aparición. Cayeron en cuenta que eso era normal con Mohán y rodeándolo le dijeron "Gracias gran mago gracias por venir. Su presencia es necesaria para que el universo una a las parejas" dijo el taita Amuillán al pie del fuego que bramó raramente saludando al sacerdote.
Ibagué se le acercó entre el humo del altar diciéndole: "Como cacique de éste pueblo le doy la bienvenida y lo invito a que nos acompañe en los preparativos. La gente está haciendo buenas cosas para que todo salga bien". "Ya lo sabía. Desde hacía algún tiempo conocía que serías el cacique de éstas tribus". "Verdad?" contestó Ibagué plantando el palo de su lanza entre la maleza. entonces Mohán miró al grupo y acercándose los saludó con su enorme cara felíz. "Vamos entonces" dijo arrancando a caminar despues de apagar la candela del sagrario y las antorchas para que no fuera a incendiarse el bosque.
En quince minutos estuvieron en el pueblo.

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