martes, 6 de julio de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 58 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


Calarcá e Ibagué lo empujaron hasta el portón de la caverna entre insultos: "Así paga el diablo a quien bien le sirve" le gritó Calarcá haciéndolo trastabillar y caer entre piedras que lo herían sangrándolo y amoratándolo. "Por qué se quería robar las riquezas?. Es que no le basta con los tesoros de su pueblo?" le gritaba Ibagué dándole puñetazos en la espalda y en los brazos. "Querer matar al señor de la fuerza y del poder es la mayor profanación al nevado y al pueblo Pijao" rugía embravecido el guerrero Calarcá empujándolo otra vez dejándolo fuera de la caverna. Los seguía el gigante que le haría un conjuro para dejarlo viviendo como un fantasma en el hielo por tres años.
Caminaron diez minutos en la nieve obligando a Quemuenchatocha a sentarse en una roca sostenido por Ibagué y Calarcá mientras el hombre se estrujaba y escupía con el pelo por la cara.
El señor de la fuerza y del poder se le acercó sin dejar de mirarlo y agachándose todo lo que pudo le puso su moco de elefante en el hombro y un pedazo de hielo en la cabeza diciéndole con voz de trueno: "Indeseable cacique Quemuenchatocha, por el poder del hielo y por el poder de la montaña y el viento, por mi infinito poder yo te conjuro a vivir por tres años en este sitio. Cada día le pedirás perdón a la montaña por quererle robar las riquezas y cada día te arrepentirás de tus malvadas intenciones. Sentirás el helaje de la montaña y temblarás. Querrás sentir calor pero te será negado, el sol huirá de tu presencia. Serás un vagabundo y nadie sabrá de ti. Ninguno podrá verte aunque grites. Vete, camina en el hielo y aliméntate de hielo. Serás el hombre mas indefenso de amerindia"
Calarcá e Ibagué lo soltaron viéndolo sentado en la roca con la cabeza agachada y con aspecto de bobo temblando y tiritando.
Caminaron a la caverna en silencio.
Allá los estaban esperando.
Los elefantes se habían ido.
La diosa Inhimpitu y la princesa Millaray hablaban como viejas amigas. Eran bellas y parecían de la misma edad pero Inhimpitu tenía mas de dos mil años. Se atraian.

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