jueves, 26 de agosto de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 83 (La desconocida y fgantástica historia del pueblo Pijao)


Millaray, Inhimpitu y Cajamarca bajaron un rato a la orilla del rio. Tomaron agua, descansaron y se relajaron. Cóndor miraba nervioso no fuera que el demonio se les apareciera otra vez y los cogiera desprevenidos.
Despues del descanso volaron largo rato hasta la región del Cesár. Lo hicieron de noche aprovechando la luz de la luna radiante y la frescura. Durmieron todo el trayecto mientras cóndor aprovechaba las masas de aire para navegar incansable.
Entrando a las tierras del pais Guajiro y siendo por la mañana, bajaron a la orilla del rio Guatapurí a descansar un rato porque estaba haciendo sol y querían estirar los músculos y relajarse. Cayeron cerca a altas rocas rodeadas de pasto y árboles frescos. Se bajaron del cóndor que se acercó a tomar agua, luego se metió entre los árboles donde encontró frutas y tres conejos que atrapó sagáz. Se los engulló en un momento tendiéndose a descansar entre las piedras mientras la diosa Inhimpitu, Millaray y Cajamarca comían carne de ovejo, yucas y papas traidas de su tierra.
De pronto vieron a una muchacha nadando cerca de ellos. Sonreía y cantaba al mismo tiempo mientras muchas lágrimas se resbalaban por su cara bella. Los viajeros no acertaban a hablar. Estaban embelesados por su voz hechizante de tal modo que querían irse detrás para estar cerca. La joven salió del agua estrujando su cabello y tapándose los senos a la vez que se recostaba en la arena recibiendo el sol y cantando. Quedaron perplejos por su cuerpo mitad pez y mitad mujer. La diosa Inhimpitu explicó "Ella es la sirena Vallenata conocida en estas regiones porque le desobedeció a su madre bañándose un jueves santo. Esa desobediencia se la castigaron los dioses convirtiéndola en mitad pez y en mitad mujer. Se la pasa cantando y llorando a la vez porque ha comprendido su falta y no logra arrepentirse por completo. De vez en cuando su madre viene a visitarla y a decirle que la adora" terminó diciendo Inhimpitu sin quitarle la vista a la muchacha. "Es hermosa y jovencita" dijo Millaray embrujada por su canto. "Me gustaría ser su amiga". "No, eso es imposible. Te convertirías en otra sirena" le contestó Inhimpitu. "Todas las gentes le huyen porque es capáz de hechizar y ahogar a cualquiera". "Si?". "Quiero hablar con ella y mirarla de cerca. A mi no me pasará nada" dijo Cajamarca poniéndose de pie listo a lanzarse al rio. Entonces Millaray lo cogió del brazo entre carcajadas "jajajajajajajaaja venga para acá. Yo no quiero que se vaya al fondo del rio y niunca vuelva". "Tenemos que irnos de aquí inmediatamente" ordenó Inhimpitu poniéndose de pie y metiéndose en el bosque donde descansaba el cóndor.
La sirena ya se había ido, hundiéndose en el agua para que su canto no fuera escuchado y para que no fueran vistas sus lágrimas. Guardaría su tristeza en el fondo del agua.

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