domingo, 10 de abril de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 174 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


La noche llegó sin estrellas y sin luna, pero con muchas nubes negras y un frio penetrante.

Ya al amanecer, las mujeres madrugaron a cocinar, a cuidar los animales domésticos y los hombres a trabajar en los sembrados, en las minas. Muchos iban a pescar y a cazar, mientras los demás fabricaban vasijas de barro, instrumentos musicales y ropa tejida con lana de ovejo para el pueblo que debía soportar el intenso frio de aquella región. Los niños empezaron sus juegos y sus llantos en medio del humo de las cocinas, de las mulas embarradas, de las ovejas, las gallinas y los marranos que iban y venían entre la gente sin parar, esperando las sobras de comida que eran muchas.

Cajamarca madrugó también porque estaba afando de hablar con el taita Amuillán. Le iba a decir que administrara las tierras, las riquezas y el pueblo. Que mejor dicho, fuera el cacique de los Putimaes mientras el seguía acompañando a Millaray en la búsqueda de la niña Luz de sol que era lo principal para la princesa en éste tiempo, porque si lograban encontrarla, Millaray se convertiría en diosa de los dioses al tener en su mano el diamante del poder.

Entró a la choza del taita al que encontró mezclando el polvo de las hojas y las raices de tres matas que curarían enfermedadesn en la tribu, según dijo. "Buenos dias taita amuillán, pensé que todavía estaba dormido" le dijo Cajamarca acercándose al tronco donde el hombre estaba sentado sosteniendo un plato de barro en las piernas. "Buenos dias cacique. Es que estoy preparando un remedio que la tribu podrá usar para las heridas y los granos. Además es bueno para la respiración, para tener el cerebro despierto y para que los ancianos se sientan como jovencitos y puedan tener la familia que quieran aunque estén muy viejos" explicó el taita mirando una y otra vez a Cajamarca sin dejar de mezclar los polvos de color verde y blanquecino que por momentos se elevaban cayendo otra vez con sonidos de "Clap, clap, clap" en el plato. "Yo se que si no fuera por ustéd, taita, mucha gente se moriría sin remedio. Se también que los dioses lo iluminan para que haga bien las cosas. Por eso es que vengo a decirle que lo nombro cacique de éste pueblo por largo tiempo mientras acompaño a Millaray en la búsqueda de la niña Luz de sol que finalmente le dará el diamante del poder". "Como, noble cacique Cajamarca? seré yo el cacique de éste pueblo? vuelve usted a irse? Es mucha responsabilidad. Darme el gobierno cuando es el momento de que ustéd nuevamente lo dirija?"

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