jueves, 28 de abril de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 178 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao



Se quedaron callados largo rato mirando el paisaje fresco". Vamos a las tierras donde todo es posible"dijo de pronto el cóndor queriendo explicar algo que desde hacía tiempos guardaba porque no se lo había dicho a nadie "Entre la fauna de estos lugares hay un secreto que solo los animales conocemos y que les voy a revelar" decia el ave impulsándose en el aire congelante. "En el Líbano es donde han nacido varios dioses, muchas hadas y magos que luego se van a otros territorios para ayudar a las gentes en las cosas que necesitan. Les enseñan a inventar instrumentos de trabajo y casas donde puedan vivir. Losinstruyen en la creación de letras para interpretaqr sonidos y formas. Les enseñan a conocer los metales y piedras preciosas de las montañas y los rios. Los adiestran en los tejidos para que fabriquen sus vestidos y les enseñan tambien a conocer las plantas y las propiedades que tienen. Los cuidan cuando están en peligro. Se le aparecen a la gente cuando los invocan. No hacen mucho ruido pero sin ellos no habría vida ni habría nada encima de la tierra. Por eso voy contento a ese lugar donde cualquier deseo se cumple sin demora" terminó diciendo el ave que dejó a Millaray y a Cajamarca entusiasmados y con muchas ganas de estar allí.

en veinte minutos vieron las montañas de ese pueblo, donde los habitantes construían sus casas en las ramas de los enormes árboles a donde llegaban a descansar despues de largos viajes por los mares y por tierras desconocidas.

Miles de pájaros volaron de pronto saliendo de los bosques, rodeando al cóndor y a los viajeros en su vuelo. Los saludaban cantando incansables. Cóndor se puso nervioso lo msmo que sus amigos entre la nube de pájaros que les impedían la visión, pero así fueron bajando a una larga planicie sola.

Cuando descendieron del buitre, los pájaros se fueron a sus nidos, quedando solos y sin saber que hacer. Miraban a todas partes sin notar nada anormal. Solo escuchaban los gritos de los animales y los otros ruidos del bosque. "No veo a nadie con quien hablar" dijo Cajamarca voltiando sus ojos a todo sitio. "Deberíamos invocar a Mohán y a Maderemonte para que vengan y nos digan que debemos hacer o a que sitio tenemos que ir" propuso Millaray sabiendo que estaba en la tierra de los magos y las hadas y que raramente no veía a ninguno.

De pronto se animaron porque escucharon una voz ronca y lenta saliendo del bosque. "Traqnquilos, hay que saber esperar" dijo un enorme árbol viejo y musgoso que caminaba despacio en sus raices, queriendo llegar a donde estaban los jóvenes. Agitaba las ramas saludándolos, llenando el silencio que había entre ellos. "El Hojarasquín del monte, es el Hojarasquín deel monte" gritó Millaray corriendo entre la maleza para recibir a su amigo-.

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