martes, 3 de mayo de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 180 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)



"Hay que esperar el eclipse, quizás ahí encontremos las respuestas" dijo Cajamarca enviando su lanza al espacio con enorme fuerza, para fortalecer los músculos y agilizar su cuerpo. Corrió a alcanzarla, lanzándola otra vez, mientras Millaray iba a su lado porque también quería sudar y tener su cuerpo liviano.

La noche fue llegando entre sonidos de chicharras, croar de sapos y luces de luciérnagas.

La luna salió entre las montañas elevándose despaciosa, iluminando nubes amarillas y azules que ponían mágica la noche. Poco despues empezó una carrera acelerada, trastornando el tiempo que caía en pedazos encima de los árboles partiéndoles sus ramas o derribándolos completamente, entre sordos sonidos. Los animales corrian, gritando, chillando, aullando, percibiendo aterrorizados que algo raro pasaba en el ambiente que no podían comprender. Era que la luna tenía ganas de ser eclipsada, de ser cobijada y poseida entre las sombras, por los astros que no hacían sino perseguirla queriendo ser sus dueños. Su respiración era ansiosa, anhelante. Sus ojos estaban dilatados y brillantes. Sus labios eran de un color rojo intenso y parecía que fueran a sangrar. Su cuerpo lo atravesaban corrientes eléctricas desconocidas que le daban espasmos placenteros y nuevas fuerzas y valor.

De pronto el astro se fue oscureciendo hasta quedar completamente opaco pero con una silueta brillante iluminando su alrededor. En ese instante las casas de los árboles de los alrededores donde estaban Cajamarca, Millaray, el Hojarasquín, el Tunjo y el cóndor de los Andes, se iluminaron con luces de colores, apareciendo en sus puertas seres con coronas, con varas del poder, con vestimentas nunca vistas. De las manos de algunos salían rayos de luces que caían cerca a Millaray y Cajamarca. Eran decenas de seres en sortilegio, cumpliendo una cita.

Millaray vió a su lado a Mohán y a Madremonte que se adelantaron sorpresivamente a saludarla "Hola princesa Millaray, gracias por haber venido" le dijo Mohán besándola en la mejilla. "Hola Cajamarca, ustedes son muy cumplidos" le dijo Madremonte al joven, que estaba mudo por todo lo que pasaba. Solo logró decir "Buenas noches Madremonte, gracias por venir a acompañarnos". "Hola Mohán, su compañía me da tranquilidad. Las casas de los árboles se han iluminado pero siento algo de miedo porque no sé que pasará, y tampoco sé con quienes nos encontraremos" le dijo Millaray cogiéndolo del brazo buscando protección. "Tranquila princesa, aquí no pasará nada malo. Solo es un encuentro que las diosas, los magos, los duendes y las hadas hacen anualmente aquí para hablar sobre el comportamiento de los pueblos y lo que pueden hacer para ayudarlos". "No es mas?"preguntó Millaray tranquilizada. "No es mas. Es una noche de alegría, de encanto y conocimiento" le aseguró Mohán.

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