domingo, 22 de mayo de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 186 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)



Así, los dioses veían todo en sueños. soñaron también a los Muiscas en sus faenas diarias. Los soñaron teniendo hijos e hijas que se multiplicaban aceleradamente. Los soñaron trabajando la tierra, sembrándola para tener comida y los soñaron recogiendo las cosechas. Los soñaron vestidos de oro y con las manos repletas de piedras preciosas que conseguían en los rios y en las minas.

Y cuando esos dioses despertaron, la luz mágicamente esparció sus rayos dorados por todas partes y entonces se movieron los animales, los rios corrieron entre las montañas, las rocas y las piedras. Los árboles crecían y daban frutos. Comenzaron a girar en el espacio el sol , la luna y las estrellas que por las noches acompañaban a la tierra con sus luces y sus secretos. Esta era parte de la belleza del primer dia que los dioses habían creado, ayudados por la gran madre-abuela Bogue.

Por eso fue que Millaray, acompañada por la diosa Bachué, y cajamarca con la diosa Chia a su lado, caminaron al encuentro de la inmortal Bogue y de su amigo el dios Bochica que la acompañaba muy cerca. Nadie mas se fue detrás porque comprendieron que los jóvenes querían hablar en secreto con los recién llegados. Pero todos aguzaron los ojos y los oidos para no perderse ese encuentro y quizás las palabras.

"Gran dios Bochica, es realmente un placer volver a verlo" dijo la diosa Bachué acercándose para besarlo en la frente, mientras la diosa Chia decía asombrada "Madre mia, mi gran madre-abuela Bogue. Gracias le doy al universo por tener la oportunidad de conocerla. Sin ustéd gran madre-abuela, yo no existiría, ni nada existiría tampoco. Todos le debemos la vida. Gracias por eso, eterna madre". "No es nada, hermosa Chia. Yo solo hice lo que tenía que hacer. Algo fuerte dentro de mi, me ordenó que debía crear el universo y dar la vida. Pero no hablemos de eso ahora. Sé que a lo único que vine fué a decirle a una princesa, el secreto de un diamante. El diamante del poder que debe encontrar para convertirse en diosa de los dioses, y como el universo quiere que eso se cumpla, debo hablar con ella". "Si, divina madre-abuela, la princesa que está buscando el diamante del poder, es ella. Es la princesa Millaray que ha venido a ésta asamblea para saber como encontrarlo". "Eres hermosa Millaray, y me encanta conocerte. Como ya debemos irnos, te diré que encontrarás a la niña Luz de sol, y el diamante del poder, en la montaña brillante. Esa montaña está en alguna parte de Columbus y debes encontrarla. Ese es tu trabajo ahora. Investigar con las tribus de Columbus donde queda esa montaña y llegar allá. Para conseguir el diamante, debes tener constancia, fuerza, mucha persistencia. Debes sacrificarte y dedicarte solo a eso. Solo así podrás un dia, ser diosa de los dioses y visitarnos en nuestros reinos". Despues Bogue miró a Cajamarca y comprendiendo que era el compañero de Millaray, le sonrió, cogiendo a Bochica de la mano. Se alejaron rápidamente porque el dios Xué, el dios sol, empezaba a lanzar rayos encima de las montañas y ellos no podían dejarse tocar de esos rayos al siguiente dia del eclipse de luna, porque podían perder muchas de sus facultades.

A un lado de Bochica, apareció el dios Cuchaviva o dios del arco iris, con sus colores nítidos y brillantes. Viendo eso, se separó de Bogue corriendo detrás de el y encaramándose arriba, en lo mas alto de la bóveda, mientras los asistentes a la asamablea, se retiraban sin despedirse, y otros solamente diciendo "Hasta luego", como si nada.

Pero Millaray y Cajamarca estaban felices.

Sabían que lo que tenían que hacer, era buscar entre las tribus de Columbus, la montaña brillante, y no pararían en esa aventura.


FIN.


Sigue el segundo libro: "EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE" (La desconocida y fantástica historia de las tribus indígenas de Columbus).

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