domingo, 29 de mayo de 2011

LARVA LA MUCHACHA CON ALAS DE MARIPOSA 3



Quedaron asombrados. Vieron una sala de relieve caprichoso. Siete pantallas de televisión vigilaban el bosque. Veían allí pumas durmiendo a la orilla de una laguna verde-azul. Leones hambrientos atacándose por la pierna o el costillar de un ciervo al que habían asaltado hacía poco entre rocas rojas y arbustos cenicientos. Caballos salvajes corriendo por una llanura. Ranas croando entre las piedras con la cabeza levantada y los ojos muy abiertos. Päjaros dando comida a los pichones en los altos nidos. Un gorila envejecido y solo recostado en el tronco de un árbol.

Encima de una piedra violeta habían cuatro celulares que nunca sonaban. Una piedra grande en un rincón, lanzaba rayos rojos, verdes y violeta. Muy dentro, millones de estrellitas en movimiento se desplazaban vertiginosas, como en una microgalaxia sin nunca chocarse. Esa luz iluminaba la caverna. "Y ésta piedra tan rara que es?". "Es el diamante mas grande del mundo, no lo toquen" dijo el hombre, malgeniado. "Como lo consiguió?. "A ustedes no les importe eso, son cosas mias". "Nosotros queremos saber como lo tuvo. Es muy bello y dan ganas de conocer su historia". "De verdad quieren saber como llegó ese diamante aquí?". "Si", contestaron .

El magnate sepuso en cuclillas pasando la mano por el diamante. Le sopló el polvo mientras lo miraba y sentándose en la arena se abrazó las rodillas y con los ojos lejanos les dijo "Pertenecía al mago Mohán, jefe del fuego. Un jueves a las diez de la noche, estando en el país de los Pijaos y cuando caminaba por el volcán del Ruiz que había estallado hacía siete semanas, vió una extensión iluminada maravillosamente.

Asombrado por esa luz, caminó despacio y muy curioso mirando todo detenidamente. Se quedó quieto observándola y como sintió un pálpito que lo jalaba a buscar algo, se prometió ir a su castillo, hacer algunas diligencias y volver sin demora. Sentía que la iluminación brotaba de alguna piedra valiosa refundida en lo hondo.

No llamó a nadie para que le ayudaran porque pensó que se despertarían malas pasiones si encontraban algo valioso. Por eso al dia siguiente madrugó a las cuatro cuando todavía estaba oscuro. Su ansiedad no lo dejaba dormir y aprovechó el insomnio para correr a la falda del volcán y empezar la tarea.

Enlazó a su caballo rojo y montándose de un salto, se fué enloquecido por las praderas, las montañas y los valles. El caballo echaba espuma por la boca y chispas azules por los ojos. su respiración era fogosa como fuelles, el corazón y los pulmones parecían reventársele por el esfuerzo de la carrera hasta que finalmente llegaron sin problemas.

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