miércoles, 3 de agosto de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 18 (La desconocida y fantástica historia de los pueblos indígenas de Columbus)



"Coman. Si no alimentamos el cuerpo no tendremos fuerza para conseguir lo que queremos" dijo sonriendo y estirando los brazos a cada uno de los jóvenes que las recibieron diciendo "Gracias" y aplicándose a comer con rústicas cucharas de madera.

Volvió Iguaque al fogón trayendo las otras dos totumas. Una la pasó a su madre Bachué que la recibió pasando saliva porque tenía hambre "Gracias hijo, esta comida está fantástica" y se aplicó a comer con su cuchara de madera mientras su hijo se acomodaba en la estera, recostándose en la pared de bahareque para estar mas cómodo.

"Nos iremos temprano para aprovechar el día" dijo depronto Cajamarca masticando un trozo de carne blanda. "Si. Es bueno empezar el dia con el sol" respondió Iguaque que comía apresurado como si fueran a quitarle.

"Saldré a mirar al cóndor para asegurarme que descanse bien" dijo Cajamarca parándose y asomándose a la puerta, viendo al cóndor lejos buscando animales para alimentarse, y un buen sitio para pasar la noche. "Con el no hay problemas" dijo entrando otra vez "El cóndor se defiende solo. No tenemos que preocuparnos". "Yo lo vi cuando venían en las nubes" dijo Iguaque "Pero como un indígena Pijao de la tribu de los Sutagaos me habló alguna vez de el, diciéndome que era el ave insignia de Columbus, supe de inmediato que se trataba de esa ave fantástica y gigantesca llegada de las estrellas. Tienen que cuidarla y quererla" añadió terminando con su totumada de comida y alistándose a tomar otra de chicha que lo haría dormir profundamente.

Cuando todos terminaron la comida, les trajo también chicha que tomaron diciendo cosas sin importancia.

Las estrellas empezaban a asomarse por las rendijas de las nubes.

Como todavía no querían acostarse, se estuvieron afuera mirando el cielo y las constelaciones "El cielo tiene muchos dioses" dijo de pronto Millaray señalando una estrella voladora que finalmente cayó encima de un árbol a lo lejos. "El sol tiene un dios que muchos adoramos, lo mismo que la luna y las estrellas. Los bosques, las minas y los ríos también tienen dioses que los cuidan y que se enfurecen cuando violan sus propiedades. A veces me llegan malos pensamientos y digo que dentro de muchos años el hombre acabará con el mundo y matará los dioses dejando todo en el vacio" respondió Bachué mirando relampaguear una estrella gigante que quizás fuera un sol lejano. "Yo adoro al tigre y al león por su fuerza y su solidéz" dijo Iguaque "También adoro a las serpientes porque nos enseñan la agilidad. Nos dicen que siempre debemos estar alertas y en permanente vigilancia". "Todo en la naturaleza es sagrado" dijo Cajamarca agarrando una candelilla que se le paró en el brazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario