Por eso fue que los padres de Sansón no se
preocuparon mucho del viaje que el muchacho hacía al país filisteo. Sabían que
estaba destinado a hacer ciertas cosas que en el momento no comprendían pero
que debían suceder.
El joven Sansón y su camello llegaron por
fin a las orillas de la ciudad donde niños y mujeres los miraban de cerca y de
lejos mientras caminaban sobre la tierra reseca.
Era una región alejada del centro que tenía
por nombre Timnat.
Sansón bajo de un salto del animal y acercándose
a los muchachos que lo rodearon con ganas de tocarlo por su agilidad y
musculatura, les dijo “Me regalan agua? tengo sed”.
Ellos lo miraron sin contestarle, lo dejaron
solo, corriendo a otros lados y siguiéndolo desde lejos porque ya habían visto
que era un Israelita al que no había que ponerle cuidado porque esa gente era
considerada sirviente de los altos reinos. Las madres que cuidaban a los
jovencitos se acercaron en grupo para encontrarse con el raro pero atractivo hombre
que las fascinaba de modo tan insólito por la armonía de su cuerpo, y por una
especie de embrujo que se le notaba en las espaldas y alrededor de la cabeza;
entre un parloteo desordenado le preguntaban rodeándolo “Usted quien es, de
donde viene?” “Soy Sansón y vengo de Israel”. “Sansón? que nombre tan raro”. “He
atravesado el desierto desde mi pueblo que está lejos. Tengo hambre y sed, denme
agua por favor. La necesito”. “El país suyo y el de los filisteos no se llevan
bien desde hace tiempos. Usted sabe que somos enemigos, que nos fastidia su
presencia No debía venir aquí a molestarnos ni mucho menos a pedirnos agua”, le
dijo una joven de cabello negro, que le
caía a los lados de las mejillas; labios rojos insinuantes al hablar, ojos
seductores por lo profundos y cuerpo perturbador en los movimientos.
Miró traviesa y desafiante al joven sin
correrle la vista. Lo dibujó de arriba abajo con secreto deseo. “Arrímese no le
dé miedo. Le daré agua, es lo único que voy a hacer por usted……. y luego se va”.
“Gracias”.
Esa muchacha era hija de los filisteos y no tenía marido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario