Sansón sintió la mano de su madre
acariciándole el cabello y las mejillas. Despertó por fin con los ojos algo
rojos y saludó. “Hola madre como amaneciste?” “Bien y tu?”
“Algo cansado y con mucho sueño”. “Te cogió
el día, ya son las diez de la mañana y tienes que ir donde Joaquín como dijiste
ayer”. “Las diez?” Sansón se sorprendió de haber dormido tanto. Tenía la
impresión de haberse acostado hacía pocos minutos. Se levantó corriendo al pozo
donde se echó buena cantidad de agua para refrescarse y terminar de despertar.
Esa noche Manoa y Mara habían soñado cosas
raras.
Manoa soñó con cuatro camellos voladores que
se desplazaban veloces en un espacio desconocido. Tenían alas rojas inmensas
como de águilas gigantes que lo llevaban entre las nubes a las tierras
filisteas.
Cuando iba a empezar la aventura, uno de
ellos se arrodilló para que subiese a sus espaldas, Manoa se encaramó sin
problemas y se acomodó lo mejor que pudo en las gibas porque sabía que el viaje
sería largo. Acompañado de los otros tres camellos empezó a ascender en el espacio,
porque los animales movieron las alas poderosamente consiguiendo altura fácil.
Se elevaron raudos quinientos metros entre
nubes rojas y azules que los humedecieron, refrescándolos del calor salvaje del
desierto. Allá estabilizaron el vuelo en un planeo reposado y potente y
continuaron sin detenerse, porque iban a una región donde vivían las hadas y
donde las riquezas eran como espuma.
Asegurado de las riendas y apretando las
piernas en el lomo, Manoa contemplaba desde allá, el fenómeno arrasador de las
tormentas del desierto que le causaban agonía, lo mismo que la sequedad y la
esterilidad de esa región que era tan
suya. Miraba cómo corría amarilla y pertinaz la arena mientras el camello movía
las alas en un movimiento armónico hacia
tierras del otro lado del mundo.
En un instante llegó a continentes
desconocidos pero hermosos que siglos
después tendrían el nombre de Amerindia.
Los camellos querían que Manoa conociera esas
tierras para que llevara en su recuerdo lo mejor que había en el planeta.
Atravesaron el espacio haciendo túneles en
el vacío.
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