martes, 13 de abril de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 7 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao

entre tanto frenesí, un guerrero gritó: "Que viva la diosa Tulima". "Que viva, que viva", contestaron miles de voces. "Que viva Tulima, Tulima, Tulima, tolima, Tolima", mezclando las palabras como una sola mientras la diosa, montada en un elefante blanco, paseaba por el hielo. Carenta y tres elefantes en fila india elevaban los mocos y vociferaban en su andar. Los guerreros iban a los lados y detrás gritando "Oh, oh, oh, oh" bajo la luz rosada.
Las mujeres y las niñas, malgeniadas porque no las tenían en cuenta, pedían a los hombres dejarlas llegar a la deidad para hacerle un regalo. "Déjenos pasar, déjenos llegar junto a la diosa". Eran unos aretes de oro con un diamante y una pulsera de cristal rojo de Planadas, también con un diamante y una esmeralda.
Los hombres les abrieron paso "Que les abran campo ya", ordenó Ibagué y ellas corriendo entre la gente se acercaron a la doncella, deteniendo al elefante con una palmadita en el lomo. "Quédate quieto", le dio acercándosele al oido. Yexalen le hizo una seña "Por favor espérenos un momento diosa, le queremos regalar algo", entonces Tulima con un gesto, la elevó en el aire tibio. La multitud quedó paralizada frente al prodigio. Yexalen llegó navegando al lomo del elefante donde la diosa le dio la mano para que se sentara. "Que es lo que quieres?" le preguntó Tulima "Las mujeres queremos regalarle estos aretes y éste brazalete", contestó yexalen radiante con su vestido de colores tropicales, su cabello como una hoguera, las alpargatas adornadas con fibras vegetales, los ojos rasgados negros, su corona de plumas de pájaros salvajes, sus mejillas y frente con rayitas rojas, verde, negras. Siguió diciendole a la diosa "Son un tesoro guardado desde hace mas de mil doscientos años en el cofre del brujo mayor Huenuman y creemos que es el momento de dárselo a alguien como ustéd"
Tulima los cogió y dijo mientras el elefante caminaba crepitando el hielo "Que preciosura. Este regalo es de lo mejor que me han dado y conociendo su historia lo apreciaré mas. Veo que los diamantes y la esmeralda son los mas puros de Amerindia". Miró a Yexalen, la abrazó mientras el elefante levantaba el moco dando un grito hasta el otro lado del nevado y devolviéndose en un eco. "Mujeres del pueblo Pijao, esta pulsera y estos aretes los llevaré para que todos conozcan sus riquezas" y mientras se los ponía, vieron centenares, miles de hombres a lo lejos, gritando a toda voz como en batalla.

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