miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 85 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


Escucharon risas afuera y palabras duras. Eran dos mujeres y dos hombres Wayu acercándose con grandes pescados, yuca, frutos del árbol del pan y dos racimos de plátanos para la cena de la diosa y los visitantes. Como un brujo vecino les había dicho que hoy vendría Inhimpitu, madrugaron a pescar y a conseguir provisiones para atender a su diosa y sus amigos.
"Diosa, diosa Inhimpitu gracias por volver. Ya la echábamos de menos" le gritaron desde lejos viéndola asomada a la puerta. Corrieron a saludarla entre risas y exclamaciones. "Diosa Inhimpitu nos estaba haciendo falta" dijo una de las mujeres besándole las manos y abrazándola. "Divina señora es un gusto volver a verla" dijo el otro hombre dejando en el suelo un costal de fibras de fique lleno de yucas y plátanos. "Y ellos quienes son?" preguntó una joven trigueña de veinte años que no le quitaba la vista a Millaray. "Ah, ella es la princesa Millaray, hija del cacique Ibagué, jefe del pueblo Panche, y el joven Cajamarca que es su esposo". "Es un gusto conocerlos" dijeron en coro los recién llegados, acercándoseles. "Y ese buitre tan inmenso que está dormido debajo de las palmeras es de ustedes?". "Si, es el cóndor de los andes que nos trajo desde las tierras Pijao". "Ustedes viajaron en ese cóndor?. Yo pensé que habían llegado caminando". "Se te hace raro?" "Un poco. Alguna vez oí decir que vivía un cóndor gigante en el centro de columbus pero no pensé que fuera cierto. Me siento afortunado de conocer esa ave hoy" dijo uno de los hombres secándose el sudor de la cara con la palma de las manos. "Ahora lo ven. Vinimos montados en su espalda desde muy lejos". "Es increíble. Lo veo y no lo creo. Tenemos que celebrar eso. Conocer el cóndor gigante de los andes es un privilegio que pocos tienen" exclamó el otro hombre mirando a Cajamarca que a su vez le dijo: "Tenía muchas ganas de conocer sus tierras. Me habían hablado de ellas diciéndome que tienen oro blanco como arenas de la playa, la sal que tanto necesitamos". "Eso es cierto. Muchas tribus vienen a hacer trueques con nosotros. Nos traen oro, esmeraldas, tejidos, comida a cambio de sal". "Ustedes son famosos por eso" añadió Cajamarca "También son famosos por el mar y por el sol tan grande encima de las olas". "Es cierto. Pero entremos para que descansen y para que coman. Deben tener hambre" dijo la mujer mayor.

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