miércoles, 29 de septiembre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 97 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


Llegaron a la orilla del mar empezando a oscurecer. su sonido profundo y enigmático los ponía alegres y asombrados.
Cóndor bajó casi vertical cayendo en la arena cerca a altas peñas que detenían el mar estrellándose contra ellas.
Cajamarca se deslizó rápidamente por el ala del buitre para recibir a Millaray e Inhimpitu que prontamente pisaron la arena. El ave se sacudió fuerte acomodando los músculos mientras los viajeros buscaron un refugio que pudiera servirles para pasar la noche. No fue difícil, las formaciones rocosas tenían bocas donde podían acomodarse sin problemas. Como por ahí habían palos secos que el mar arrojaba en la playa, los acercaron encendiendo una fogata con los rayos del cetro del poder. Ardieron con llamas suaves y azules toda la noche. El ruido del mar los arrulló. Prontamente se durmieron por su cansancio y por las tensiones frente a las gigantescas serpientes.
La luna era cómplice con el mar. Formaban una pareja misteriosa y fria entre las sombras. El mar rugía enloquecido y la luna asustada por los bramidos, alumbraba fuerte. Así era casi todas las noches pero de vez en cuando la luna se iba de paseo entre las nubes dejando al mar solo en sus secretos.
Pronto amaneció.
La luz donde descansaban los viajeros era mas fuerte, lo que les hizo abrir los ojos temprano. Cajamarca fue el primero en levantarse. Corrió por la playa tirándose al mar gritando "Vengan. Venga Millaray, venga Inhimpitu. Esta agua está deliciosa. El mar es una maravilla". Las muchachas corrieron llegando a la orilla y arrojándose al agua que las recibió con bramidos felices. Gritaban-reina-jugaban en un agua milenaria, misteriosa. Los envolvía en lambetazos rápidos y huyentes llevándose el aroma de los jóvenes que se olvidaron del tiempo mucho rato.
De pronto Millaray gritó "El pájaro, el pájaro de mil colores tenemos que buscarlo. Nos hemos olvidado de todo aquí.
Ya eran como las once de la mañana y el sol estaba en su furor.
Salieron del agua yendo a donde habían pasado la noche. Inhimpitu recogió el cetro del poder y lo apuntó a lo lejos donde habían rocas. Inmediatamente el diamante se iluminó "Allá, alla en esas rocas encontraremos el pájaro de mil colores. El cetro del poder se ha iluminado, miren". Millaray y Cajamarca se acercaron "Está brillando mucho el diamante" dijo Millaray entusiasmada. "Caminen, no perdamos tiempo" ordenó Cajamarca agachándose para recoger sus flechas y su carcaj que se acomodó en la espalda.

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