miércoles, 6 de octubre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 100 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


Los indígenas les pasaron platos de barro con pescados y yuca sancochada además de algunas frutas. Se aplicaron a comer mientras el pájaro revoloteaba en la habitación cantando.
El resto de tarde pasó rápido lo mismo que la noche.
cuando el sol se alzó al otro día, Millaray y Cajamarca se alistaron para regresar a su tierra. Inhimpitu estaba triste, no quería comer. Se había acostumbrado tanto a la compañía de Millaray y Cajamarca que quedar ahora sin ellos la afligía. Sonreía a la fuerza. "Debes ponerte contenta de que nos vayamos porque es para encontrar a tu hija Luz de Sol" le decía Millaray. "Si, pero es que . . ." replicaba sin terminar la frase. "Aquí está Rayo de Luna para que lo lleves siempre. Con el no tendrás dificultades" le dijo Inhimpitu. La princesa recibió el pájaro de mil colores diciendo "Gracias diosa por el regalo que me hace. Por los poderes que recibo al tenerlo, pronto me convertiré en diosa como tu". "Se que así será" dijo Inhimpitu.
Cajamarca se dio cuenta que debía acelerar la ida para no prolongar el sentir de la diosa, por eso salió al patio gritando "Cóndor de los andes, cóndor de los andes, vengaaaa". Al momento apareció el buitre en lo alto, cayendo al patio. "Adios diosa Inhimpitu" dijo el joven abrazándola largamente. "Adios Inhimpitu. Espero que vaya a visitarnos" le decía Millaray. "Iré. A cualquier momento me apareceré en su pueblo". "La estaremos esperando mientras recorremos las tribus buscando a tu hija". "Gracias por las cosas que hacen por mi. No tendré como agradecerles".
El cóndor hizo "Gggggrrrr, ggggrrrr" porque tenía afán. Entonces Millaray y Cajamarca subieron a las espaldas del pájaro que batio las alas elevándose por encima de los árboles mientras los jóvenes movían sus manos despidiéndose.
Y allá se fueron, metiéndose entre nubes color ladrillo. El cóndor iba felíz porque regresaba a sus montañas . Le puso fuerza y alegría al vuelo que fue vertiginoso hasta el imperio de los Muiscas donde bajaron a descansar.
Millaray había practicado mucho el canto de Rayo de Luna hasta imitarlo con maestría. Por eso ahora el pájaro de mil colores cantaba incansable como si tuviera una larga charla con la princesa. Cajamarca también lo remedaba bien y el pájaro revoloteaba entre ellos "Ustedes son ahora mis amigos. Recorreremos muchas tierras buscando a la niña Luz de Sol" decía Rayo de Luna saltando al hombro de Cajamarca y luego al de la princesa.

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