sábado, 16 de octubre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 103 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


fue corto el camino hasta el caserío. Al ver a los visitantes la tribu se enmudeció. Un indio acompañante salió corriendo metiéndose a las chozas, contándole al pueblo lo que había pasado. La noticia se regó en menos de un instante. Entonces salieron asomándose a las callecitas, a los barrancos y detrás de los árboles agachándose hasta el suelo en signo de respeto y bienvenida. Cuando vieron al cóndor quedaron mudos, en actitud de sumisión porque nunca habían visto un ave tan gigantesca y maravillosa. Muchos niños y mujeres salieron huyendo miedosos, metiéndose a sus chozas para resguardarse de semejante peligro que ese dia les llegaba.
entonces un hombre con corona de oro adornada con plumas de colores y que llevaba un largo vestido de lana también de muchos colores y un pectoral de oro reluciente, pulseras de esmeraldas mezcladas con pepas del bosque y collares también de oro y pepas, salió de entre la gente acercándose a Millaray y Cajamarca en actitud de sometimiento "Yo soy el cacique Uzathama, el hombre mas poderoso de este país y como se que ustedes son hijos de los dioses, los recibo con agradecimiento, humildad y respeto. Ordenen lo que quieran que en todo serán obedecidos" dijo el cacique mirando temeroso a los jóvenes viajeros.
"Gracias por el recibimiento" dijo Millaray poniéndose la mano en el pecho inclinando la cabeza. "Gracias cacique Uzathama, estamos cansados y tenemos hambre. Denos algo de comer". "Lo que ordenen. Sus órdenes serán cumplidas inmediatamente. Gracias tambien por su visita hijos de los dioses".
La gente se había levantado corriendo a sus chozas hablando en murmullos "son hijos de los dioses, son hijos del cielo". "Tenemos mucha suerte hoy. Estamos bendecidos por los poderes de las estrellas". "Y venían viajando en el pájaro gigante". "Si?". "Es un pájaro de fuego". "Es el pájaro de las estrellas. tiene mucha fuerza y va protegiendo a esos hijos de los dioses".
La tribu había rodeado a Millaray y Cajamarca que estaban confundidos. Los miraban con curiosidad señalándolos y señalando al espacio. Poco a poco se acercaban para verlos mejor. En silencio se empujaban disputándose los mejores lugares. Una niña desnuda, con la cara sucia y el cabello revuelto vino corriendo hasta donde Millaray diciendo "Reina, reina" y se quedó allí acariciada por Millaray que la acercó sintiéndole su carita fria. "Quítese de ahí, quítese" le ordenaba una mujer mueca afanada y confundida que no se atrevía a llegar a donde estaba la niña. En ese momento vino Uzathama diciendo "Vengan hijos del cielo. Coman algo para que sean nuestros amigos". "Gracias" dijo Cajamarca llevando de la mano a Millaray. Se sentaron en un largo tronco a donde cinco mujeres les llevaron carne de gurre, papas, fríjoles y arepas. Comieron mirados por centenares de ojos que no perdían detalle.
Uzathama les dijo desde lejos "El brujo de la tribu me ha dicho que ustedes vienen buscando a la niña Luz de Sol, hija de la diosa Inhimpitu, y el no se equivoca". "Verdad el brujo sabe eso?. Que los dioses lo protejan. Me doy cuenta que es un gran brujo porque lo que ha dicho es cierto. Estamos buscando a la niña Luz de Sol, perdida desde hace mucho". "Hace algún tiempo estuvo aquí con los Diablos de Oro, una tribu de diminutos hombres que son vecinos de nosotros". "Los diablos de Oro?" dijo Cajamarca. "Si. Son hombres pequeñísimos que difícilmente se dejan ver de los extranjeros, pero si ustedes quieren hablar con ellos los llevaremos hasta allá, así les dirán todo lo que saben de la niña Luz de Sol".

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