miércoles, 3 de noviembre de 2010


"Cómo lo hacen, por los dioses como lo hacen?" gritaba la joven acercándose a la fogata para mirar y tocar a los indígenas que sonreían tranquilamente al verla tan afanada y maravillada. Cajamarca también estaba allí, pasmado y mudo. Ninguna palabra le fluia, pero en cambio los indios recién salidos del fuego, gritaban "Bendita y poderosa eres niña Luz de Sol por habernos dado el poder de resistir el fuego. Siempre te adoraremos niña como la mas poderosa entre los poderosos" y siguieron gritando y aullando entre sus contorsiones mientras otros cinco indios se metían en la candela como si estuvieran bañándose en una laguna o en un rio. "Luz de sol les dió este poder? Es increible" decía millaray realmente impresionada. "No te afanes princesa, todo esto y mucho mas tendrás cuando encuentres a Luz de Sol y te entregue el diamante del poder" le dijo el pájaro de mil colores, que estaba parado en su hombro. "Tu serás diosa de los dioses, de modo que debes irte preparando para cuando eso pase" siguió diciéndole Rayo de Luna mientras los indios permanecían metidos en el fuego donde se veían incandescentes como hierro listo a fundirse.
Centenares de indígenas que ya veían la escena en la pira como algo normal, se acercaron al cóndor para seguir adorándolo con su danza penetrante y oculta.
Pero ocurrió algo extraño.
el cóndor fue cayendo en un hondo sueño del que le fue imposible salir, desplomándose de costado en el suelo como si hubiera sufrido un ataque. Ahí fue que Millaray se desconcertó pensando si perdería a su amigo para siempre y como haría para seguir el viaje "Que le pasó al cóndor? Paren, paren, no lo adoren mas, no ven que algo malo le ha pasado?" le gritaba a la tribu que no atendía el llamado porque cada vez tomaban mas chicha lo que los ponía completamente irracionales y misteriosos. "Por el poder de los dioses gran buitre, descansa para que te levantes con las fuerzas que el universo te da. De ahora en adelante no sentirás cansancio ni frio ni hambre. Resistirás las dificultades como ninguna otra ave puede hacerlo. De modo que relájate y levántate fortalecido" gritaba uno de los indios dando vueltas alrededor de el. Millaray y Cajamarca que habían escuchado la oración de ofrendas, se quedaron callados esperando a ver que pasaba. Mucha gente de la tribu vino a aumentar la masa de bailarines. Habían traido antorchas que enviaban su humo oscuro al espacio.
Mas o menos a la media noche el cóndor se sacudió levantándose, estrujando las alas y la cabeza que sintió pesada por el sueño "Que me pasó? Porqué me quedé dormido entre tanta gente?" decía el buitre mirando extrañado la enorme fogata que empezaba a extinguirse.

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