viernes, 5 de noviembre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 112 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


"Que me pasó? Por qué me quedé dormido entre tanta gente?" decía el buitre mirando extrañado la enorme fogata que empezaba a extinguirse.
Millaray se acercó diciéndole "De pronto te quedaste dormido mientras la tribu te adoraba". "Ah si, es verdad. Me había olvidado de todo. Ahora me siento liviano pero con enorme fuerza. Me parece que pudiera volar sin descanso y sin necesidad de comer ni de beber". "Sientes eso cóndor?" le preguntó Millaray gritando para que pudiera oirla. "Si, eso siento y estoy contento por esa situación tan agradable y buena".
Muchos indios se habían quedado dormidos en el pasto y entre la maleza. Algunos corrieron a sus chozas a descansar porque se sentían agotados. La llegada del buitre los había llevado a un estado de gran felicidad al creer que era un pájaro del cielo. Tanto ritual los había consumido.
Millaray y Cajamarca al verse casi solos se tiraron en el pasto arropándose con las ruanas. Rápidamente cayeron en un hondo sueño que duró hasta el amanecer, cuando despertaron en medio de cuerpos tirados aquí y allá como si fuera un campo de batalla.
Caminaron hasta donde estaba el cóndor que se había retirado al bosque donde aun dormía. Millaray lo tocó suave diciéndole "Cóndor, cóndor vámonos. Tenemos que seguir el viaje". "Como diga princesa" respondió levantándose y sacudiendo las alas para terminar de despertarse. "No hagas tanto ruido" le ordenó Millaray. El buitre entendió que la princesa no quería que la gente se despertara y saliendo de debajo de los árboles caminó al patio donde bajó el ala. Millaray y Cajamarca se agarraron de ella subiendo al espinazo rápidamente. Se acomodaron ahí, mientras el cóndor corría en largos saltos elevándose en el espacio tibio de esa mañana.
Algunos indios se despertaron por el ruido y al ver que el ave se alejaba volando por encima del pueblo, gritaron alterados "Pájaro del cielo, pájaro del cielo vuelva, no nos deje solos. Serás nuestro dios y te adoraremos todos los dias. Vuelve, vuelve gran pájaro". La tribu se había levantado por los gritos del indio, sintiendo un hondo pesar por la partida del pájaro que por una noche los había hecho sentir bendecidos del cielo. Ya cóndor iba lejos. Ya no escuchaba el clamor de la tribu. De modo que siguió en su viaje sin conmoverse. Estar con los amigos que iban en su espalda era lo mas importante para el.

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