miércoles, 10 de noviembre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 114 (La desconocida y fantàstica historia del pueblo Pijao)

Cuando estuvieron a solo un metro, empezò a transformarse misteriosamente en una fiera desconocida. Su cara y cràneo se achataron alargàndose hasta convertirse en una cabeza de cocodrilo con enormes protuberancias, y espuma en la boca, a la vez que su cuerpo se volvìa de puma elàstico y fiero. Sus alaridos eran estremecedores. Penetraban la selva paralizando la vida y toda actividad. De repente se lanzò encima de Millaray con la jeta muy abierta queriendo tragàrsela de un bocado, pero Cajamarca que ya habìa alistado su arco, le lanzò una flecha atravesàndole la lengua y parte del paladar de donde salio sangre medio verduzca cayendo al suelo. De ahì nacieron inmediatamente gusanos de pelambre negra que caminaron entre la maleza devoràndose los troncos, las hojas, las piedras y devoràndose entre si.
Mientras tanto el monstruo se retorcìa de dolor y rabia por la flecha en su boca y porque ningùn desconocido se habìa atrevido a atacarla de aquella forma tan infame. Entonces empezò a botar candela y chispas muy quemantes por los ojos para atrapar a Cajamarca y asarlo completamente. Querìa devorarlo. Logrò quemarle un brazo y parte del pecho "Cuidado Millaray, apàrtate para que no te haga nada" gritaba el joven lanzàndole mas flechas a la bestia. "Vàmonos, vàmonos" gritaba tambièn Millaray hacièndose a un lado y protegièndose en los tallos de los àrboles. En ese momento el pàjaro de mil colores entonò su canto paralizàndo al monstruo. Sin embargo era tan poderoso, que logrò burlar el encanto del pàjaro huyendo, berriando y metièndose en lo mas oscuro del bosque. Al pasar junto al còndor que lo espaeraba en silencio al borde del claro, el ave se lanzò sobre el, cogièndolo en sus garras y estremecièndolo mientras sobrevolaba en la maleza. La fiera se revolvìa en convulsiones y alaridos echando espuma por las fauces y mas candela por los ojos, quemando los troncos que empezarton a incendiar la selva. Le crecieron los colmillos volvièndose mas amenazante. El còndor no lo aflojaba hasta que aparecieron Millaray y Cajamarca gritando "No lo suelte còndor, no lo suelte. Esa bestia es un demonio y hay que destruirlo". Entonces Rayo de Luna cantò sin parar, volando de una a otra rama, paralizando definitivamente a la bestia que cayò al suelo respirando asfixiada sin lograr pararse. Entonces Millaray y Cajamarca gritaron "Venga còndor, baje un ala" y aferràndose se encaramaron en las espaldas del buitre que atrapando a la bestia en sus garras, se elevò llevàndola por los aires, dirigièndose a la tribu de los Yaporoges que no estaba lejos. "Les preguntaremos que es este animal que parece un demonio" dijo el còndor volando con toda su fuerza.
Pronto llegaron encima del caserìo que estaba tranquilo. La gente al ver el còndor con el monstruo en sus garras, se metiò a las chozas gritando "No traigan semejante demonio aquì. Llèvenselo, llèvenselo" pero còndor bajo sin hacer caso de los gritos poniendo a la bestia a un lado del caserìo. Nadie se atrevìa a salir. Entonces Cajamarca comprendiendo que algo extraño pasaba entre la tribu y el monstruo, gritò con toda fuerza "Vengan, vengan Yaporoges. No pasarà nada malo. El pàjaro de mil colores lo mantendrà paralizado con su canto mientras lo miramos de cerca". Y aunque la tribu no conocìa a Cajamarca ni a Millaray y aunque el còndor les producìa temor, fueron saliendo de las chozas viendo a la bestia tendida, impotente en el pasto. "Esa bestia es la Patasola, sàquenla de aquì inmediatamente" dijo depronto un hombre desnudo que tenìa una corona de oro . . .

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