domingo, 5 de diciembre de 2010

EL PAIS DE LA NIEVE 126 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


Así se devorarían aquella tribu que había llegado como un festín en un momento de hambre vegetal.
Gritos pavorosos rompieron la rutina de la selva "cuidadoooo, cuidadooooo, estos son los árboles carnívoros de que tanto nos han hablado. Huyamoooosss, huyamoooooss antes de que nos comaaaaaann" gritaba alguien "Me agarrarooooonn, me agarrarooooonn y no puedo soltarmeeeee. ayúdenmeeeeeee, ayúdenmeeeeee".
Calarcá se desesperó sin saber que hacer. Corría enloquecido queriendo ayudar a su gente y evitando el contacto con las ramas, lo mismo que Ibagué. Las mulas, nerviosas y agitadas se estrellaban entre ellas y con todo, rebotando en el suelo entre sordos sonidos, cayendo prisioneras de los árboles que las elevaban en el aire hasta las flores tan abiertas, cerrándose herméticas encima de ellas.
Viendo semejante carnicería, Millaray cogió a Rayo de Luna que estaba en su hombro, diciéndole "Pájaro de mil colores tu que eres el dueño del poder, haz algo por favor. Sálvanos de este ataque tan peligroso". "Como ordene princesa" le contestó el pájaro que salió volando de árbol en árbol cantando como nunca lo había hecho. Era un canto mágico poco usado. De repente la selva hizo un silencio pavoroso quedando todo en quietud. Hasta los pájaros se inmovilizaron lo mismo que las nubes y el viento que quedaron cristalizados. Los árboles se debilitaron aflojando las ramas desgonzándose desvanecidas como brazos sin vida, soltando a sus presas que tambien cayeron al suelo, inconcientes.
Y Rayo de Luna no dejaba de cantar.
Se volvió a parar en el hombro de Millaray diciéndole "Debemos salir inmediatamente de éste sitio porque si estamos aquí cuando los árboles se despierten, no tendremos escapatoria". entonces Cajamarca que había oido al pájaro, corrió hasta donde estaba Calarcá, diciéndole "El pájaro de mil colores es el que nos ha salvado del ataque de los árboles carnívoros y acaba de decir que salgamos inmediatamente de aquí porque mas tarde puede ser fatal". "Verdad? Es verdad lo que dice?". "Por favor gran guerrero deje la incredulidad, lo que debemos hacer es obedecerle al pájaro. Despues le explicaré todo". Entonces Calarcá levantó la cabeza y haciendo bocina con las manos gritó "Vámonooooss, vámonooos rápidamente de aquiiiiii, Quimbayas. Carguen a los indios que estén dormidos y corramos que nos queda poco tiempooo para salvarnoooos". "Los árboles volverán a despertarse y si estamos aquí nos tragaráaaaaan" añadió Cajamarca gritando también y corriendo en su caballo junto a Millaray y a Yexalen que ya habían empezado a circular en medio de la tribu, montadas en sus llamas.

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