viernes, 14 de enero de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 142 (La desconocida y fantásticda historia del pueblo Pijao)


Iban a las chozas corriendo, para luego devolverse cerca al buitre al que miraban hechizados.
Millaray y Cajamarca caminaron con el cacique Machuca, que también tenía la cabeza aplanada y la naríz torcida además de ir desnudo y pintado con rayas y manchas de colores amarillo, azafrán, verde debajo de una corona de oro con dos esmeraldas y un pectoral también de oro reluciente. Llevaba un arco, muchas flechas envenenadas y una lanza que dos brujos le sostenían de vez en cuando. Otra gente también los acompañaba. Fueron a una choza grande donde comieron carne de chivo asada, con yucas sancochadas y algo de chicha. Como no se sentían cansados, siguieron al otro lado del bosque donde el jefe de la tribu se paró diciéndoles "Ustedes son afortunados al venir aquí. Allá adentro, en lo espeso de los árboles está el Hojarasquin del monte que ha venido a visitarnos y a protegernos de los dañadores del bosque. Además sabe muchas cosas del mundo y del universo y eso hay que aprovecharlo. De pronto el puede decirles donde está la niña Luz de Sol que es tan difícil encontrar". "El Hojarasquin del monte? Quien es?" preguntó Millaray metiendo su mirada entre los árboles. "Es mejor que vayan y lo encuentren. Es inofensivo, sabio y amigable pero tendrán que llamarlo mucho para llamarle la atención porque es algo sordo" dijo el cacique agarrando la lanza en la que se sostuvo mirando a sus visitantes "Me gusta mucho que nos visiten, joven Cajamarca y princesa Millaray. Todo el mundo habla de ustedes. Dicen que el dia que encuentren a Luz de Sol, ustéd, jovencita, se convertirá en diosa de los dioses, lo mas alto de la naturaleza, y que eso será bueno para el país Pijao" decía Machuca mirando a Millaray que solo respondió "Vamos entonces a buscar al Jojarasquín del Monte, puede que no esté lejos". Y cogiéndose de la mano de Cajamarca caminaron llamando a Rayo de Luna que llegó inmediatamente, revoloteando entre los árboles, mientras el Tunjo de oro bostezaba "Ahora volvemos" dijo Cajamarca en alta voz metiéndose en la espesura mientras Machuca y sus acompañantes se devolvían al caserío.
Mas adentro, buscando caminos entre los troncos, las ramas, los bejucos, el tunjo dijo "Voy a ensuciar. Tienen que recoger mi caca porque es pura riqueza. Entonces mirándose, se afanaron poniéndolo en el suelo, donde el Tunjo se hizo con una cagada de oro blanda y reluciente. "No la dejen perder, eso es puro oro. Así es que los voy haciendo cada día mas ricos como les prometí" añadió el bebé. Cajamarca se agachó tocando las "heces" desconfiado.

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