jueves, 3 de febrero de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE 149 (La desconocida y fantástica historia del pueblo Pijao)


En diez minutos estuvieron en el pueblo, donde muchas mujeres, ancianos y niños salieron a recibirlos porque ya sabían que los jóvenes eran hijos de los dioses. Estaban callados, sin chistar palabra. Los niños y las mujeres corrían de un sitio a otro, mientras muchos miraban por las rendijas y entre las malezas, escondiéndose, no fuera que un castigo desconocido los matara por atreverse a mirar de frente a los seres divinos recién llegados.
Un hombre anciano de gruesas arrugas, con plumas de guacamaya en la frente, con collares de pepas de colores, con la cara y el pecho muy pintados, salió de una choza caminando entre la gente que le abría paso. Llegó frente a los jóvenes mirando a Millaray a la que le dijo "Acabo de ver en el humo de mi tabaco mágico, que ustéd jovencita, será diosa de los dioses y que despues de muchas aventuras tendrá el diamante del poder que finalmente le dará la niña Luz de Sol como premio por su persistencia. Me inclino ante ustedes y doy gracias al cielo por su visita" terminó diciendo el brujo de la tribu. "Eso es. Así se hace" dijo de repente una voz salida de entre la ruana de Millaray. Era el Tunjo que sacó graciosamente la cabeza mirando al pueblo "Aquí es el pueblo donde fabrican tabacos mágicos?" preguntó. El pueblo al darse cuenta quien había hablado, se sorprendió. Ver a un bebé hablando así, era increíble y portentoso. Entonces se convencieron que los visitantes eran hijos de los dioses y que habían llegado de las estrellas. "Ese bebé está hablando como un adulto". "Y su piel parece de oro". "Los ojos son de hombre mayor". "Tan raro".
"Quieren que les regale tabacos mágicos?" les preguntó el brujo levantando su mano en la que tenía uno y que fumaba en grandes bocanadas botando un humo espeso que miraba con ´curiosidad y mucha atención. El humo se quedaba suspendido formando figuras que el brujo entendía como respuestas a sus preguntas. "Vean, vean lo que el humo muestra. Los veo viajando a muchas partes buscando a la niña que tiene el diamante del poder. Pero no será fácil encontrarla. Primero tendrán muchas aventuras". "Todavía no la encontraremos?" preguntó Millaray mirando el humo del tabaco donde vió figuras incomprensibles. Cajamarca se acercó "Veo selvas, pájaros raros y muchos monstruos. Eso que quiere decir?" le preguntó al brujo. "Estimado joven, el humo le muestra lo que ustedes vivirán" y fumó mas, botando humo espeso para que se formaran mas figuras. "Uyyyy si" dijo Millaray mirando fijamente. "Allá veo a una niña diminuta montada en un pavo real.

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