sábado, 31 de diciembre de 2011

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 58



Entonces las peces hicieron grupo como un nudo y estando así movieron sus aletas con gran rapidéz abriendo sus bocas y sus agallas lanzando sonidos inaudibles para los combatientes que no hacían sino mirarlas en sus manibras tan extrañas.

Eso duró cinco minutos, al final de los cuales vieron venir decenas de bufeus machos a atacarlas, mientras los jóvenes bajaron rápidamente al sitio de donde habían salido los machos, con el fin de liberar a las indias secuestradas. Era un túnel largo y alto que tenía tapada la entrada por maleza en permanente movimiento a causa de las corrientes, y cuando se asomaron allí, las indias se asombraron diciéndoles "Ustedes indios, sangre de nuestra sangre y carne de nuestra carne, como pudieron llegar aquí? Por qué se han atrevido a tanto? Lo que están haciendo es muy peligroso. Nos liberarán ya del poder de los Bufeu?". "Si" contestaron los guerreros examinando el túnel. "Pero tienen que venir muy rápido con nosotros mientras los bufeus atacan a sus hembras". "Vamos entonces. Que esperamos?" contestaron las mujeres saliendo afanadas de su prisión y nadando a la superficie con susto, sintiendo que otra vez les llegaba la vida volviendo a su pueblo.

Mientras tanto los jóvenes esperaron a que las bufeu les entregaran al pez-jefe que ya había olido la conspiración de las hembras.

Diecisiete de ellas lo habían rodeado llevándolo a los rincones entre las piedras y la vegetación diciéndole "Gran bufeu, ya no resistimos mas su ausencia y su olvido. Tenemos ganas de que nos haga el amor como nunca lo ha hecho con nosotras. Hoy queremos ser sus amantes fieles y olvidar a nuestros maridos indígenas que lo único que hacen es pensar en su pueblo y no nos ponen atención como hembras que somos". "Verdad? A eso han venido?. Dicen la verdad?". "Si gran bufeu. Hace tiempos que no estamos con ustéd y sentimos su falta" le decían llevándoselo en la corriente, mientras que una pez se escapaba a donde los guerreros, diciéndoles apurada "Vengan, vengan rápido, les entregaremos al gran bufeu que ya tenemos rodeado y listo para ustedes" y nadaron veloces llegando en poco tiempo al sitio donde estaba el enorme pez entre las hembras.

Las peces al ver a los guerreros se retiraron, dejando solo al bufeu-jefe al que cercaron los jóvenes agarrándolo de las aletas, arrastrándolo a la superficie donde la muchedumbre que esperaba el resultado de la aventura de sus guerreros, gritó enardecida viendo que a los indígenas no les había pasado nada y que estaban completos en su número.

Veían como a lo lejos, decenas de bufeus machos saltaban rabiosos encima del agua viendo como su jefe se ahogaba en convulsiones por la falta del líquido.

Los guerreros en la orilla, levantaban vencedores al pez que gritaba asfixiado "Déjenme volver al agua porque me voy a morir sin ella. Déjenme libre que no me volveré a robar a sus mujeres" pero nadie le hacía caso.

el pez murió en quince minutos, siendo olvidado por su manada que bajó otra vez a lo hondo, persiguiendo a las bufeu que huían a sus laberintos.

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