lunes, 9 de enero de 2012

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 60



Hoy habría otra competencia en la que se demostrarían mas habilidades de los combatientes. Debían cazar pájaros en su vuelo con sus flechas.

El primero que trajera veinte pájaros cazados así, ganaría la dura prueba rumbo al cacicazgo.

De modo que la muchedumbre llegó rápidamente a la planicie desde donde podía apreciar la habilidad de los muchachos.

Muchos se sentaron encima de grandes piedras, donde se sentían cómodos. Otros lo hicieron en los troncos que encontraban por ahí, mientras los demás se sentaban encima de la maleza y del pasto, junto a los que se mantenían de pie y que cambiaban de lugar continuamente.

Los combatientes se ubicaron en sitios considerados especiales para cazar a los pájaros en su vuelo. Estaban preparados con sus arcos y con sus flechas que habían alistado cuidadosamente el dia anterior. Ya algunos le habían apuntado a las aves que pasaban rompiendo las nubes, pero no acertaban en el tiro. Solo el joven Guanentá había logrado capaturar dos tórtolas de entre un enjambre que pasó de pronto volando apresurado y gritón. Se afanó yendo a recogerlas en una ladera de la meseta, haciéndolas parte de su trofeo de gloria y de su posible victoria. Los otros guerreros enviaban las flechas al espacio pretendiendo hacer blanco, pero ninguno lo lograba.

Guanentá ya tenía cinco pájaros reunidos y la gente empezaba a rodearlo y a vitorearlo entre aplausos y fuertes gritos, considerándolo el ganador de hoy. En media hora consiguió otros siete pájaros, de modo que contaba ya con doce aves que se iban conviirtiendo en su peldaño al cacicazgo.

Otro joven de nombre Chanchonoa había cazado tres pájaros. Junto con Guanentá era el único participante que había logrado cazar pájaros en su vuelo. Ya siendo casi el medio día, un grito enorme de la muchedumbre se elevó del sitio donde estaba Guanentá, que había por fin cazado los veinte pájaros, de modo que el pueblo se alegró viniendo a felicitarlo.

Entonces el cacique Corbaraque, con su potente voz ordenó "Regresemos al pueblo, ya hubo un gandor, pero mañana será definitivo. Mañana sabremos quien será nuestro gobernador.

Y la gente caminó al pueblo entre empujones, gritos y silbidos.

el resto del dia lo pasaron por ahí, hablando duro, riendo escandalosos, tomando chicha, comiendo de todo lo que encontraban en las cocinas y en las chozas, y durmiendo en las hamacas, en las esteras o en el suelo, hasta que fue llegando la noche con muchas estrellas y otras luces de colores frios.

La luna estaba blanca y redonda.

Muy sola, caminaba sin parar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario