viernes, 20 de enero de 2012

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 62



Mas allá, en la maloca, mas de cincuenta jovencitas eran maquilladas y vestidas por las mujeres conocedoras de ardides en belleza femenina. Ponían deseables a las niñas que hoy cumplirían una envidiable labor. definitivamente serían ellas las electoras del mas alto cacique Guane.

Muy temprano la gente vió a los caciques Butaregua, Pomareque, Babasquezipa, Corbaraque y Poima, desayunando abundantemente entre una charla imparable al lado de una choza. Los vieron poniéndose sus diademas de oro y esmeraldas, sus aretes , sus tobilleras, sus pulseras que lucirían como pocas veces lo hacían, porque hoy sería un dia memorable en la historia de sus tribus.

En la gran maloca las jovencitas ya estaban listas a la cautivación. De modo que las mujeres jefes las dividieron en grupos, indicándoles a donde debían ir. Reían voluptuosas y encandiladas las niñas entre el tintineo de sus aretes, de sus tobilleras, de sus pulseras que las ponían delicadas y dulces. Iban maquilladas con rayitas artísticas de colores en sus mejillas, en sus ojos, en los brazos. Llevaban diademas de oro, mucho brillo en los ojos, y plumas de mil colores colgaban de sus cabellos. Sus cuerpos estaban perfumados con esencias de flores del bosque. Eran ninfas secretas, dueñas de los destinos masculinos. Llevaban pequeñísimos tambores de sonidos casi ocultos, flautas de cañas finas, conchas de caracoles con las que harían canciones provocadoras entre el indefinido embrujamiento del amor.

Allí iban las niñas de doce a dieciseis años riendo felices y esperanzadas. Un grupo se fué a la orilla del rio junto a las gigantescas piedras donde muchos indios hacían el amor con sus indias apenas empezando el día cuando el sol se asomaba, o a la luz de las estrellas entre los gritos de las chicharras y el escándalo de los micos en la selva cercana.

Otro grupo de niñas caminó al bosque, a los prados donde jugaban a la flecha, a la lanza y a la pelota de goma, mientras en los descuidos las mujeres se volaban con los hombres, haciendo el amor recostados en los troncos o echados en la maleza.

Otro grupito se fué a lo alto de una colina, cómplice en los juegos del sexo de los caciques con las mas jóvenes de las tribus, a las que coronaban y bendecían entre los quejidos desfallecientes de ellas.

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