jueves, 1 de marzo de 2012

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 69


Descansaron esa noche y durmieron profundo, pero al volver al otro dia para terminar de derribar el árbol, las heridas que le habían hecho, desaparecieron sin explicación.
"Este árbol es mágico" decían fascinados. "Si, es mágico, es mágico" repitieron los otros muy asombrados. Y animados por la aventura a la que se enfrentaban en éste día, siguieron dándole hachazos al árbol en un trabajo incansable, hasta que fue llegando la noche sin poder tumbarlo, sintiéndose desanimados y medio impotentes en su esfuerzo.
Entonces Caragabi que había estado todo ese día examinando la cueva del agua a ver que seres vivos y cosas raras encontraba, se acercó en la tarde a sus amigos diciéndoles "No tenemos porqué preocuparnos si el árbol no ha sido derrumbado. Yo les daré la luz en la noche para que sigan trabajando" y dejando que se fuera el sol, frotó sus manos varias veces, haciendo aparecer una luz resplandeciente de color blanco-azuloso que no se sabía de donde salía y que enloqueció de dicha a los hombres porque así podían trabajar constantes mirando a la vez el comportamiento del árbol.
Esa luz creada por Caragabi rodeó al Genene y a los hombres que ahora en estado de olvido y medio hipnotizados trabajaban en la base del árbol con sus hachas enloquecidas y sus músculos en acción.
Mientras tanto Millary y Cajamarca, observaban atentamente, encaramados en otros altos árboles vecinos "Por qué será que quieren tumbar el árbol?" le preguntó Millaray a Cajamarca en un susurro. "Parece que ese árbol le da el agua a la tierra para que los hombres vivan" contestó el joven. "Sigamos mirando en silencio a ver que pasa". "Si. Miremos callados, no hagamos ningún ruido" respondió la joven encantada con la luz que inexplicablemente había en la selva en esos momentos de la noche.
Pero los hombres no lograban derribar el árbol aunque habían trabajado todo ese dia con su noche, y sin darse descanso, continuaron dando hachazos el dia siguiente y también en la noche de ese dia, y al otro dia, hasta que finalizado el tercero, el árbol se voltió entre sordos ruidos que hicieron callar a la selva por la extrañeza del sonido, pero no cayó del todo porque miles de bejucos y ramas de árboles vecinos no le permitían abatirse totalmente.
Caragabi se incomodó mucho por eso, porque si Genene no caía del todo, no podría fertilizar el mundo con sus aguas.
Llamó entonces a varios animales . . .

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