sábado, 17 de marzo de 2012

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 72

Entonces Cajamarca le dijo a Millaray "Ya es hora de que nos acerquemos a ellos porque la paloma les ha traido el buen mensaje. Ahor sé que necesitan de nuestra ayuda". Entonces el cóndor batió la alas, elevándose en el aire tranquilo y húmedo de allí, y llegando a la peña donde estaba Caragabi con sus diez amigos.
El dios no se asustó al ver a semejante buitre a su lado. Inmediatamente lo reconoció, acordándose de esos antiguos visitantes que lo habían encontrado tiempo atrás en las selvas del Chocó, y que el no había atendido por las preocupaciones que mantenía.
"Sabemos que podemos ayudarlos. Ustedes necesitan irse de aquí, porque la paloma les ha dicho donde pueden vivir tranquilos, así que nosotros los llevaremos en el cóndor" les dijo Cajamarca, indicándole al buitre que bajara un ala. "Agárrense del ala que el cóndor ha bajado junto a ustedes, y dejen que él mismo los suba, para que se acomoden en su espalda" ordenó Cajamarca.
Entonces Caragabi algo avergonzado por su actitud pasada, se agarró de algunas plumas del ala, lo mismo que sus amigos. En un instante estuvieron en las costillas del buitre donde se acomodaron, listos a irse a donde la paloma les había indicado. "Ustedes dónde estaban, y porqué hacen ésto con nosotros?" les preguntó el dios Caragabi a Cajamarca y a Millaray a la que se quedó mirando porque estaba muy bella y luminosa. "No se nada de ustedes. Ustedes son dioses?" preguntó de nuevo Caragabi. Pero Millaray evitando la respuesta, le ordenó inmediatamente al buitre "Cóndor de los Andes, vuele a donde la paloma nos diga. Ella nos guiará". Entonces el cóndor abrió las alas saltando al vacío y volando por encima de las aguas que eran muchas, obedeciendo las indicaciones de la paloma, que iba adelante.
Las aguas del árbol Genene junto con las aguas de la cueva de la diosa Getzera, habían formado los mares, los arroyos, los rios que empezaron a correr sobre la tierra con fuerza descomunal.
Los afortunados peces que podían nadar alrededor del árbol genene y que bebían de sus aguas, se iban transformando asombrosamente en hombres que seguían a Caragabi queriendo formar una gran población en la que él sería su dios y su fundador.
A medida que bebían del agua del árbol y que ésta hacía su efecto, las aletas se les cambiaban en brazos y en piernas, y su cara iba cambiando milagrosamente tomando la misma apariencia de su dios Caragabi y de los diez amigos que lo acompañaban.


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