miércoles, 30 de mayo de 2012

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 87





Cuando estaba pasando eso, fue que aparecieron Cajamarca y Millaray en el cóndor de

los Andes, que volaba ansioso, buscando a Ewandama para saludarlo.

No pudieron dar con él en ese primer intento, y como querían conocer aquella tierra y las

costumbres de sus gentes, bajaron a la orilla del rio donde había un espacio amplio que les

permitía aterrizar sin problemas.

No había pasado mucho tiempo, cuando de pronto apareció Ewandama con su hijo, atraído por la noticia de que allí estaba el pájaro gigante de las estrellas. Al verlo, gritó delirante desde lejos “Bendito es éste día y bendito eres tu, divíno pájaro por venir a visitarnos. Cada día rogaba yo a mis amigos los dioses para que me ayudaran a traerlo a usted aquí y por fin mis pedidos se han cumplido, gracias a ellos y al poder del universo que es infinito”. Entonces se acercó corriendo semejante a un niño, y cuando llegó junto al cóndor, se tiró boca abajo en la tierra golpeando el suelo con las manos “Gracias amigos por venir, gracias dioses por ayudarme. Este gran visitante me ayudará sin duda a que las mujeres se alejen de los animales porque no pueden ser sus esposas para siempre. El me aconsejará, estoy seguro, lo que debo hacer para que eso suceda y mi reino funcione bien” y se paró de un salto acercándose a las patas del buitre que tocó largamente en adoración, mientras Millaray y Cajamarca se acercaban a ellos,habiéndose levantado de donde estaban descansando. “Y ustedes quienes son?” les preguntó ewandama mirándolos con curiosidad. “Son mis amigos que han venido viajando conmigo a conocer sus tierras”. Respondió el buitre. “Entonces ustedes son los hijos de los dioses de los que me han hablado tanto en éstos tiempos. Los que les ensañaron todo a los Emberá-Catíos y que vivieron largo tiempo con ellos”. “Si, nosotros somos” le dijo Cajamarca acercándose a Ewandama para verlo mejor y porque le veía sus actitudes infantiles. “Gracias, gracias por haber venido. Lo que pasa es que tengo un problema en la cración de los humanos y yo sé que ustedes me ayudarán a solucionarlo”. “Tranquilícese gran dios Ewandama. Ya tendremos tiempo para hablar de eso y para tratar de arreglar las cosas” le dijo Millaray viendo la ansiedad del dios y su agitación frente a ellos.

Lo invitaron a caminar un poco para que se calmara.
Hablaron de muchas cosas “Mi mundo está incompleto e imperfecto, les decía Ewandama. Siento que falta algo importante pero no caigo en cuenta que es. La gente que ha nacido de la unión de las mujeres con los animales, han puesto este mundo al revés y necesito arreglar eso porque siento que así no debe ser. Tengo la idea pero no logro darle forma para arreglar esto. Por eso deben ayudarme. Aconséjenme lo que debo hacer porque he perdido facultades por falta de uso” suplicaba Ewandama mirando a Millaray y a Cajamarca sin quitarles la vista.


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