miércoles, 16 de mayo de 2012

EL PAIS DE LA NIEVE Y LA MONTAÑA BRILLANTE 84



Salieron luego, caminando entre la gente que ya presentía algo raro en la actitud de los jóvenes. El modo nervioso y afanado de ellos y  del cóndor los ponía excitados presintiendo una rara soledad.

Millaray vió al cacique de la tribu, sentado en un grueso tronco al lado de una choza y acercándose a donde él estaba, le dijo "Noble cacique, hemos estado mucho tiempo aquí, aprendiendo cosas de ustéd y de su gente, hemos reído y llorado juntos, hemos trabajado y sudado dándole gracias a la tierra por lo que tenemos, pero ahora nos iremos, no podemos quedarnos mas aquí. Tenemos que ir a otros pueblos a buscar algo que necesitamos con urgencia". "Verdad joven Millaray? Se van así, de repente?. Sepan que me pongo triste por eso y sé que el pueblo también se sentirá así. Ustedes nos han enseñado todo lo que sabemos y eso no lo olvidaremos. Pero . . .se irán con el pájaro sagrado?" preguntó el cacique con la mirada perdida en la selva. "Si gran cacique, volaremos con él. El conoce los caminos del espacio y de las nubes y nos llevará a donde sea, sin problemas". "Pero jovencita, si vé la preocupación de la gente que vá y viene de un lado al otro mirándonos y hablándose en ssecreto?. Ellos ya saben que ustedes se van y tratan de organizar una despedida. Están tristes y dicen que qué harán sin ustedes" dijo el cacique, que se había quitado su corona de plumas, rascándose la cabeza, confundido también, como todos. Entonces Millaray habló entre el silencio de la gente que ahora no quería moverse ni hacer nada. "Pueblo Emberá-Catío. Nunca habíamos vivido tanto tiempo en un pueblo que no es el de nosotros, pero Cajamarca y yo nos hemos alegrado con ustedes todos los días. Ahora tenemos que irnos, pero cualquier tarde de éstas, volveremnos. El cóndor ya está listo y nos espera, como ven".
Ahí Cajamarca llegó evitando estirar mas ese momento. Le dijo a la gente "Volaremos a la tribu de los Waunanas, que de algún modo son parientes suyos por su origen, y que el cóndor quiere conocer, de modo que no estaremos lejos y en unos días vendremos otra vez. No se afanen, y si alguno de ustedes quiere acompañarnos, pues no haga sino subirse a las costillas del cóndor y venirse con nosotros. Quien irá?" le preguntó a la gente, pero ninguno contestó. Entonces el cacique dijo "No se afane joven Cajamarca. Vayan a donde los Waunanas, hagan lo que tienen que hacer y nosotros los esperaremos mientras tanto. Ahora  que sabemos a donde irán, estaremos tranquilos. Nos comunicaremos con señales de humo y con sonidos de cuernos y tambores". Y cuando la tribu oyó que no estarían lejos, se relajó empezando a hablar y a reir como siempre.
Entonces los jóvenes aprovecharon ese momento diciendo  "Hasta luego, no nos demoraremos".
Caminaron entonces a donde estaba el cóndor que bajó el ala para que los amigos subieran a su espalda.
Cajamarca y Millaray se encaramaron rápido y el buitre comprendiendo todo, aleteó potente, elevándose sin problemas por encima del caserío. La gente gritaba abajo moviendo los brazos y saltando, hasta que el pájaro se perdió mas allá, encima de los árboles y detrás de las colinas.










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