martes, 17 de junio de 2014

UN CONDOR GENIAL 5 (La fascinante historia de uno de los últimos cóndores que nos quedan en los Andes Colombianos)




“Es interesante lo que dice, pero será mas, cuando todos sepan que ahora usted es el jefe de  las cordilleras, de las montañas, de los valles y de las aves en general.
Para certificar el cargo que ahora usted empieza, le entregaré el símbolo que lo distinguirá en todo lugar.
El rey bajó la vista al suelo, olfateó el aire lleno de aroma de carne asada, volteó a mirar la hoguera y el ternero  crepitante en las llamas de colores, pasó saliva, y ansioso, abrió el morral en el que guardaba quien sabe que cosas.
Se acomodó en el nido buscando la luz de la hoguera. Sacó una pequeña piedra de color escarlata brillante, del tamaño de un fríjol, observándola atento. Estiró el brazo ofreciéndosela al ave que prontamente  la cogió con el pico. Se paró, asombrado por la luminosidad que tenía la piedrita, poniéndola en una cavidad de la pared. Luego se retiró sin dejar de mirarla, viendo como  iluminaba con raro pero bello resplandor en la oscuridad del hueco, y le dijo a su amigo “Gracias rey. Ahora sé que es la piedra del poder la que me da en éste momento. Así me convierto en un ave respetada por donde quiera que vaya y donde quiera que esté”. “Si, era mi deber entregársela, porque usted ha sido trabajador,  paciente y esforzado”. “Muchas gracias, ahora me esforzaré para tener la sencillez y la humildad, la poderosa piedra no me volverá vanidoso”. “Bien dicho cóndor,  es urgente ser sencillo y humilde para que todas las cosas fluyan. Pero le voy a hacer otro regalo que le gustará mucho”. “Otro regalo?  Me deja admirado, Rey” “ Si. He venido también a revelarle el secreto para que conquiste la risa y la fuerza. Valores importantes para enfrentar la vida”. “De verdad me va a confiar semejante secreto?. “Si. Y como no tengo mucho tiempo para quedarme aquí y además quiero disfrutar de mi paseo, voy a decírselo de una vez”.
Miró fijo a los ojos del ave examinando si era merecedor de la confidencia. Carraspeó tres veces, cerró los ojos medio minuto, respiró profundo, y mirándolo otra vez sin parpadear, le dijo:
“Esto que le voy a decir, es el mejor secreto que guardan los reyes y los grandes señores del mundo. Ellos han llegado a un buen nivel de desarrollo personal por su práctica, de modo que haga buen uso de él sin decírselo a nadie.
 Aquí mismo, sin salir del nido, hará un rito diario que lo conectará con las estrellas:
Por las mañanas después de que haya desayunado, y también por las tardes, encenderá una fogata que mantendrá por largo rato y usted estará junto a ese fuego hasta que se extinga. La leña y el aire no pueden hacerle falta, porque el aire es el que dá la combustión para que haya luz y calor. Luego, con mucha concentración en su corazón tomará agua de una totuma conseguida en las tierras calientes del sur y mientras hace eso, estará vigilante, muy alerta.
Cuando entre el viento del oriente, ese aire se calentará con el fuego de la hoguera y se elevará en la bóveda de la caverna saliendo al cielo, mezclándose con las nubes, cambiándole los colores y extendiéndose luminosas por espacios secretos que usted poco a poco irá descubriendo.




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