jueves, 11 de diciembre de 2014

UN CONDOR GENIAL 28 (La historia de uno de los últimos cóndores que nos quedan en los Andes Colombianos)




“Ahora que hacemos?”  preguntó coyaima. “Tenemos que esperar hasta que recupere el sentido”, respondió fresno.
Escucharon cómo se quejaba en el sueño.
Del pico y las narices le salía baba espesa escurriéndole  al suelo. Le temblaba el cuerpo como si tuviera fiebre y escalofríos. Fresno lo tocó en la cabeza, notando que en realidad estaba muy caliente, como el agua cuando hierve. “Tiene fiebre y raros espasmos, hay que hacer algo urgente porque de pronto las flechas estaban envenenadas y se muere nuestro amigo. “Le echamos agua a ver si se desacalora?” preguntó coyaima. “Cómo se le ocurre. Eso no se hace cuando alguien tiene fiebre”. “Entonces que hacemos?”
 De pronto Coyaima vio la luz de la piedra del poder en una de las arrugas de la pata del ave y gritó  “Ya está, tengo el remedio para que el cóndor se cure inmediatamente. La piedra del poder es la solución. No recuerda lo que nos dijo Cóndor en su nido?  Que esa piedrita lo hacía poderoso en todas las cosas de su vida……..Ensayemos a ver si podemos curarlo”.
Se abalanzaron de un salto a la rugosidad de la pata iluminada.
Fresno la abrió. En un instante tuvo la misteriosa piedrecilla en su mano, y mirando a Coyaima, le preguntó como hacían para usarla. El otro muchacho tampoco sabía nada y haciendo lo primero que se les ocurrió, corrieron a las heridas, pasándola por encima de ellas, muy cerca. Varias veces.
Levantaban las plumas mirando que pasaba. Misteriosamente las heridas desaparecieron y la sangre dejó de salir.
Cóndor, mágicamente se despertó muy animado diciendo “Que pasa, donde estamos?”. “La piedra del poder lo ha curado en menos de lo que se demora un pensamiento, le contestó Coyaima. brincando y riendo alegre. “Qué maravilla de piedra la que el dios del viento le regaló al cóndor. Con ella tendremos todo lo que queramos”. “Fue que la usaron conmigo?”, preguntó el ave. “Si, y eso fue un milagro”.
“Fue un acierto como pocos. Era lo que había que hacer. . . y como cayeron en cuenta de ponerla en mis heridas?”. “ Es que vimos la luz de la piedrita en la arruga de su pata y recordamos lo que nos había dicho en su cueva, que la piedra era poderosa y sin dudar la usamos a ver si era cierto. Ahora como se siente después del milagro?”. “Me siento bien. Las quemaduras me laten y me arden un poquito pero estoy bien”. “Seguro  las flechas estaban envenenadas” comentó Fresno cogiendo una que estaba cerca, mirándole la punta, atento.  Usted tenía mucha baba en la naríz y en el pico, y temblaba feo. También estaba muy caliente seguro por la fiebre”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario