jueves, 13 de agosto de 2015

AXO, EL ALUPIO Y LA MONTAÑA 1 (La historia de una criatura humana de ocho centìmetros)



“Véanlo está acostado debajo de ese árbol que se ve allà. Acerquémonos en silencio para que no se asuste”, dijo un alupio de piel morena señalando un árbol gigantesco, muy verde y de hojas minúsculas, que estaba a unos ochenta metros al frente de ellos.

Caminaron callados entre las ramas enredadas y la alta maleza que les impedía moverse bien. Era un problema caminar por ahí y había que tener cuidado para no hacer  ruido, o no podrían conocer al gigante.
Por el afán de llegar junto a el, no vieron los huecos de un hormiguero grande y peligroso junto a enormes piedras de color ceniciento que se les aparecieron en el camino. Doce alupios que venían saltando, cayeron por cuatro huecos en forma de embudo que semejaban cráteres de grandes volcanes.
Desaparecieron asì, tragados por las oscuras gargantas entre alarmantes gritos y delirantes pedidos de auxilio que finalmente se perdieron muy abajo entre la tierra removida.
Fue terrible el desconcierto y un desorden bestial se apoderó de ellos.
Entonces los otros alupios corrieron enredados en una algarabía salvaje entre las yerbas, las piedras y los troncos, muy preocupados pretendiendo salvar a sus amigos.
Mientras tanto en la activa muchedumbre del hormiguero, los alupios caídos gritaban enloquecidos porque  miles de hormigas los atacaban ferozmente con su paralizante veneno en una arremetida inolvidable. Eran punzadas como flechas o lanzas, que les dormían la sangre y el cuerpo, poniéndolos  agonizantes en menos de un instante.
La batalla fue Mortal.


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