miércoles, 16 de diciembre de 2015

AXO, EL ALUPIO Y LA MONTAÑA 19 (La historia de una criatura humana (?) de ocho centìmetros.





Por fin estuvieron afuera. “Vengan vengan, esta luz es linda gritó un Oluro feliz de ver tantas maravillas. Llamaba  a los que se habían devuelto explicándoles las primeras cosas que veía. Vengan miran todo y seguro no se devolverán, repetía.
Los indecisos caminaron abrazados hasta la boca de la gran caverna enceguecidos por el resplandor. Se quedaron quietos mucho rato hasta que al ver los árboles, la hierba, los animales y escuchar el sonido del agua de una caída cercana y los graznidos y cantos de las aves, empezaron a asomarse y a salir, empujándose y reteniéndose, mirando a todas partes hasta que  finalmente pisaron el pasto y escucharon claramente la cascada.
Su asombro los tenía confundidos y fascinados. No creían que hubiera un sol con tanto brillo y tantos colores, que los pájaros supieran tantas canciones y menos que pudieran  navegar en el aire como pequeñas nubes tan veloces. Muy lejos, vieron lobos, vieron gorilas y pumas también. Entonces juraron que vivirían en ese mundo mágico aprendiendo el arte de la vida.
 
Comprendieron  que debían recuperar el tiempo y tener conocimiento de las cosas. “Lo que nos estábamos perdiendo dijo un Oluro. Qué pesar haber estado tanto tiempo encerrados. Pero ahora será distinto porque en poco tiempo recuperaremos la fuerza y desarrollaremos la inteligencia. “Tendrán que broncearse y hacer mucho ejercicio  para que el cuerpo se les enderece” dijo Eres colgado del pelo de Axo. “Si, lo haremos con tal de vivir aquí”.
Los Oluros estaban alegres. Miraban curiosos los árboles y las hojas, aspiraban el aire con fuerza y reían sin parar extrañados de ese nuevo mundo.
Se agacharon frente a una ardilla herida que no podìa andar porque tenía el hueso de una pata roto. Alegaban cómo curarla “Hay que lavarla”. “No. Es mejor ponerle barro así se curará rápido”. “Yo creo que hay que amarrarla con un trapo”. “hagàmosle un nido”. “Qué maravilla de animal”.

Gritaron y dieron vueltas en el suelo, muy alegres. Uno gritó “Gracias niño, estaremos en deuda con usted siempre, lo  recordaremos por darnos la luz y la libertad”. “No es nada. Vivan gocen del sol-del agua-y-el cielo. Aprovechen la vida porque es una oportunidad para crecer.  



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