domingo, 24 de enero de 2016

AXO, EL ALUPIO Y LA MONTAÑA 23 (La historia de una criatura humana (?) de ocho centìmetros)



Le dijo “ “Eres, mi amigo, realmente la naturaleza me ayuda con su compañía”.
Otra vez lo puso en el hombro mientras seguía caminando cerca de la orilla encima de la arena donde crecían palmeras delgadas de color verde oscuro, intenso.
La noche avanzó callada. Axo estaba sin el equipaje por que se le había perdido en la columna de fuerza, se tendió en el pasto a unos cuarenta metros de la orilla y se durmió un rato sin darse cuenta. Siendo mas o menos las siete y cuarenta y cinco de la noche, la ciénaga  se llenó de una luz caliente y transparente.
Eres asombrado por la paradoja de la luz en la noche y recordando una antigua historia dijo a Axo:
A ésta ciénaga llega de vez en cuando el sol cuando empieza la noche. Viene muy cauteloso a visitar a alguien en el fondo del agua y no le gusta que la gente lo mire porque es muy tímido.
Antes de saltar voltea a mirar a todos lados y cuando está seguro que ninguno lo ve se hunde en el cristal para quedarse toda la noche abajo.
Es un secreto que tiene muy guardado piensa él, pero la verdad es que todo el mundo lo sabe. Visita a una amante de ojos profundos y cabellos negros en el fondo del agua.
Ella vive en una casa de nácar transparente entre hidras largas entre piedras de colores y  cocodrilos mensajeros que le hacen continuos favores. Le llevan cangrejos dorados, caballitos de plata y  ostras gigantes que recibe con sonrisas y pocas palabras. Los almacena en la casa en una despensa de corales. Es  callada y bella y nunca sale a la superficie.
Los habitantes de la laguna y de los alrededores conocen su historia. Es una princesa india fugitiva de su pueblo.
Huyó una tarde, muy desconsolada porque el pueblo engañado por otra  muchacha que quería el poder, le negó la corona de plata y perlas y el cetro de marfil que le pertenecían por herencia.
Le dieron la corona a esa joven ambiciosa que era una prima suya. Eso sucedió una tarde cuando estaba ausente porque se había ido a  pasear por las orillas del río montada en el elefante blanco que la tribu le tenía a su servicio.
Su prima amenazó destruir el pueblo con la erupción de tres volcanes-con terremotos- lluvias-hirvientes-y-rayos-de-fuego si le negaban el principado y el trono que siempre había deseado.





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