Sin siquiera
saludar, le dijo. “ Usted debe ser Axo el joven que va a la cima de èsta
montaña”.
El muchacho
estaba asustado por lo que pasaba. Tenía los ojos muy abiertos por la actitud inesperada
del buitre. Sin embargo se controló respirando hondo tres veces, diciendo. “Si yo soy”. “Es que he venido a pedirle un
favor”. El ave estremecía la cabeza en fuertes convulsiones como pretendiendo
olvidar un mal recuerdo. O para librarse de impulsos locos. “Que me va a
pedir un favor?.............. y quien es
usted?”. “Soy el buitre de los cedros y
de los nevados, el rey de estas montañas, pero me ha pasado algo muy malo y
necesito su ayuda ya, inmediatamente. Es urgente que me acompañe donde Rusos el
señor del tiempo oscuro”. “Donde Rusos y quien es el?”. “Es el amo y señor del tiempo oscuro. Vive
cerca de la cumbre en las nubes grises, y por la rabia que mantiene conmigo,
mató mis tres hijos ésta mañana mientras fui a conseguirles comida. . . Véalos
aquí están en èste nido…… Les arrojó una grande bola de nieve desde su patio y
los mató con ese solo golpe tan directo…… Eso no puede quedarse así. Además le
ha hecho daño a casi todos los habitantes de la montaña pero nadie ha podido destruirlo
porque es inmortal………. Solo un niño logrará acabarle la maldad que tiene en el
pecho y en la cabeza, todos lo sabemos. Cuando lo vea a usted, el corazón de
Rusos tendrá una crisis muy violenta, se le cambiará para el bien, y no hará
mas mal. Su crisis serà horrible, querrà morir, pero finalmente se calmarà y
encontrará la paz. Conozco ese secreto desde hace tiempos pero no he podido
usarlo porque son pocos los niños que vienen por aquí. Eso pasa mas o menos cada doscientos años y
por eso quiero aprovechar la oportunidad de oro que tengo en èste momento, al
encontrarlo. Debe ayudarme por favor, Axo. No me deje solo. Únicamente usted
puede transformar a Rusos”. “Se le cambiará el corazón al verme?. No entiendo
como puede pasar eso. “Es difícil explicarlo, solo sé que cuando vea a un niño
se le acabará la maldad”. “Muy raro eso, dijo Axo”. “Lo que pasa es que esas
cosas son secretas intervino el alupio que se había salido de debajo de la
chaqueta de Axo. Ahora estaba forrado con la punta de una bufanda que el
muchacho llevaba en el cuello. Decirlas es romper los pactos con la naturaleza
pero sé que es necesario subir allá”.
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