sábado, 5 de noviembre de 2016

AXO, EL ALUPIO Y LA MONTAÑA 59 (La historia de una criatura humana(?) de ocho centìmetros.




Sin siquiera saludar, le dijo. “ Usted debe ser Axo el joven que va a la cima de èsta montaña”.

El muchacho estaba asustado por lo que pasaba. Tenía los ojos muy abiertos por la actitud inesperada del buitre. Sin embargo se controló respirando hondo tres veces, diciendo.  “Si yo soy”. “Es que he venido a pedirle un favor”. El ave estremecía la cabeza en fuertes convulsiones como pretendiendo olvidar un mal recuerdo. O para librarse de impulsos locos. “Que me va a pedir  un favor?.............. y quien es usted?”.  “Soy el buitre de los cedros y de los nevados, el rey de estas montañas, pero me ha pasado algo muy malo y necesito su ayuda ya, inmediatamente. Es urgente que me acompañe donde Rusos el señor del tiempo oscuro”. “Donde Rusos y quien es el?”.  “Es el amo y señor del tiempo oscuro. Vive cerca de la cumbre en las nubes grises, y por la rabia que mantiene conmigo, mató mis tres hijos ésta mañana mientras fui a conseguirles comida. . . Véalos aquí están en èste nido…… Les arrojó una grande bola de nieve desde su patio y los mató con ese solo golpe tan directo…… Eso no puede quedarse así. Además le ha hecho daño a casi todos los habitantes de la montaña pero nadie ha podido destruirlo porque es inmortal………. Solo un niño logrará acabarle la maldad que tiene en el pecho y en la cabeza, todos lo sabemos. Cuando lo vea a usted, el corazón de Rusos tendrá una crisis muy violenta, se le cambiará para el bien, y no hará mas mal. Su crisis serà horrible, querrà morir, pero finalmente se calmarà y encontrará la paz. Conozco ese secreto desde hace tiempos pero no he podido usarlo porque son pocos los niños que vienen por aquí.  Eso pasa mas o menos cada doscientos años y por eso quiero aprovechar la oportunidad de oro que tengo en èste momento, al encontrarlo. Debe ayudarme por favor, Axo. No me deje solo. Únicamente usted puede transformar a Rusos”. “Se le cambiará el corazón al verme?. No entiendo como puede pasar eso. “Es difícil explicarlo, solo sé que cuando vea a un niño se le acabará la maldad”. “Muy raro eso, dijo Axo”. “Lo que pasa es que esas cosas son secretas intervino el alupio que se había salido de debajo de la chaqueta de Axo. Ahora estaba forrado con la punta de una bufanda que el muchacho llevaba en el cuello. Decirlas es romper los pactos con la naturaleza pero sé que es necesario subir allá”.






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